… ¿qué sucede? ¿Te preocupa el avance de esa cosa? Tranquilo, no es uno de los nuestros. Si lo fuera nadie lo recordaría, o lo haríamos pasar por una simple gripe. Créeme cuando te digo que la Fundación guarda cosas mucho peores, y en lo que se refiere a atraer bichos de verdad, bueno… algunos piensan que hemos logrado contener a su dios. Ratas, moscas, cucarachas, arañas, hormigas, gusanos, incluso escorpiones… no importa dónde vaya, una nube de alimañas lo sigue. Supongo que tu estómago ya está preparado para esto, ¿verdad…?
Lo tenemos en una celda de 5 por 5, con un piso hecho de reja y conectado a un sistema de vacío. Cada cosa que trata de acercarse a él es succionada e incinerada, a menos que la gente del laboratorio necesite hacer alguna necropsia. Vigilamos sus movimientos y sus acciones, impedimos que trate de quitarse la vida… lo intentó varias veces. También ha sido vacunado contra cada patógeno concebible transmitido por esas cosas, pero después del último incidente, hemos aprendido a mantener cierta distancia. Nadie de Nivel 4 o superior puede acercarse a menos de 200 metros.
En realidad, el sujeto (designado 027-2 en el archivo) no es más que un portador, un anfitrión para el fenómeno SCP-027. Y al mismo tiempo… es una víctima. No tiene ninguna clase de control sobre los insectos, y los ejemplares más salvajes no dudan en atacarlo, al igual que al personal que trata de acercarse. No importa en qué dirección se mueva, siempre habrá una nube de moscas y mosquitos alrededor de él, formándose a los pocos minutos. Si se queda quieto en un lugar, cada cosa que pueda acercarse a él lo hará: Arañas, cucarachas, ratas, gusanos, pulgas, garrapatas… no hay límite. Sólo si decide seguir avanzando comenzarán a dispersarse, pero algunas alimañas lo acompañarán… permanentemente.
No sabemos exactamente de dónde viene, o por qué atrae esas criaturas. De hecho, ni siquiera sabemos qué es SCP-027. ¿Espíritu? ¿Maldición? ¿Fenómeno físico? Tus hipótesis son tan buenas como las mías. Sólo sabemos una cosa con certeza: SCP-027 se transfiere. Con la muerte del anfitrión, automáticamente comienza a buscar uno nuevo, pero desconocemos los parámetros de selección. En el laboratorio sugieren que SCP-027 ha «saltado» de una persona a otra por cientos de años.
Lo encontramos en los ’90 mientras ocupaba un depósito que había sido completamente invadido por ratas y cucarachas. En ese momento, el anfitrión era un hombre de edad media, 30 o 40 años como mucho, demacrado, sucio, y cubierto de cada mordida, picadura y arañazo que puedas imaginar. También tenía señales de deterioro mental, privación del sueño, abuso de drogas y alcohol.
El sujeto falleció poco tiempo después. La autopsia reveló que el 70 por ciento de su cuerpo había sido colonizado por ratas, usando su abdomen como nido central por decenas de generaciones. En menos de una semana, uno de nuestros agentes de seguridad comenzó a quejarse por problemas en su respiración. Los médicos encontraron una mosca enorme en su nariz, que además había comenzado a depositar huevos.
Ese agente es nuestro nuevo 027-2. Lo único que nos ha dicho es que se siente asustado, confundido, y sucio… con la necesidad de ducharse todo el tiempo. Una extraña picazón le recorre el cuerpo, como si un gran número de bichos caminara por su piel. Y no podemos ayudarlo. No entendemos lo suficiente, y tal vez nunca lo hagamos. Sólo podemos mantenerlo lejos de los insectos, y de cualquier anfitrión en el futuro… hasta que muera y el ciclo comience otra vez.
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