Ya sea por voluntad propia, obligación o accidente, has llegado una vez más a la Fundación SCP. No te envidio, amigo. Aquí los ángeles son demonios, las infecciones retuercen la carne, y la muerte no es lo peor que te puede pasar. ¿En verdad quieres saber más? Lo que pides es peligroso, pero no te dejaré con las manos vacías. Veamos… ¿Te atreverías a escuchar música bañada en sangre? Una composición maldita que vuelve locos a quienes tratan de completarla. Una cacofonía espantosa e inconexa. Un horror fundamental que jamás debió haber salido de su agujero. Por supuesto, hablo de SCP-012…
La historia nos dice que SCP-012 fue «extraído» por un arqueólogo llamado K.M. Sandoval y su equipo durante la excavación de una antigua tumba en el norte de Italia, tras su aparente destrucción a causa de una tormenta. A simple vista no era más que una hoja de papel, pero pronto supieron que se trataba de una partitura con el título «En el Monte Gólgota». Que el nombre del lugar donde fue crucificado Jesucristo se encuentre en esa hoja debió haber disparado alguna clase de alarma… pero necesitaban saber más. Así descubrieron que la obra era parte de un conjunto más grande de partituras, y que estaba incompleta. Aquí es cuando empieza la locura.
Verás, la tinta con la que fue escrita SCP-012 no tiene un origen natural «tradicional». De hecho, ni siquiera es tinta. La mezcla de rojo y negro en los trazos es sangre humana, proveniente de múltiples personas. El poder de SCP-012 es hundir a sus víctimas en un estado de psicosis profunda que los obliga a completar la partitura como sea posible. Aquellos que terminan bajo la influencia de SCP-012 no dudan en mutilarse para extraer su sangre y «continuar el trabajo». Dedos mordidos, brazos cortados, ojos arrancados. En la mayoría de los casos, la pérdida masiva de sangre y las heridas internas acaban con sus vidas, pero algunos han logrado finalizar pequeñas secciones de la partitura. Todos los que alcanzaron ese punto declararon que la pieza «es imposible de completar»… y se suicidaron.
La Fundación perdió a dos elementos de ese modo, y como era de esperarse, realizó varios «experimentos» para comprobar los límites de SCP-012. Una caja de hierro suspendida con una posición equidistante a 2.5 metros del techo, piso y paredes sirve como método principal de contención. La oscuridad de la sala debe ser absoluta a todo momento, y las únicas inspecciones visuales permitidas son a través de frecuencias infrarrojas. Si un miembro del personal es expuesto a SCP-012 usando otra forma de luz, será aislado de inmediato y sometido a múltiples pruebas físicas y psicológicas. Si los resultados sugieren manipulación, la Fundación será… efectiva.
¿Cuál es el plan de la Fundación? Usar a SCP-012, comprobar si es posible aplicar su efecto en la eliminación de otros SCP. No son pocos los que creen que eso es una locura, pero si hay algo más peligroso que esta partitura infinita sedienta de sangre, es oponerse abiertamente a la Fundación. Sigue tu camino ahora amigo, y piensa en lo que has aprendido…
