Lisandro Pardo
… Dime una cosa: ¿has leído «La Cuna del Gato» de Vonnegut? En primer lugar, deberías. Y en segundo lugar, descubrirás que la realidad no tiene problemas en superar a la ficción cuando se lo propone. Aliens, Yeti, Baba Yaga, monstruos de Navidad, todos han pasado por aquí. Las historias, las leyendas, los libros… mentiras y fantasías usadas para encapsular la verdad. Cada noche apoyamos nuestras cabezas sobre una almohada, tratando de ignorar el hecho de que hay horrores fundamentales allá afuera que devoran, mutilan y asesinan… o que podrían acabar con el mundo sin esfuerzo.
A veces, esos horrores tienen una forma simple, o ni siquiera son conscientes de lo que hacen. Es simplemente parte de su naturaleza, y jamás cambiarán. Muchos aquí creen que la contención es sencilla en esos casos. Una vez analizado y neutralizado su comportamiento, el resto es… colocarlo en una caja. Pero tú y yo sabemos bien que no es así. Siempre hay algo que puede fallar, ser ignorado, escaparse. Variables inesperadas, error humano. Caos.
SCP-009. Lo descubrimos justo a tiempo, ¿sabes? Sólo la roca y el frío lograron limitar su contaminación. Todo comenzó con una tribu remota en Alaska, y el reporte de que sus miembros habían encontrado a un equipo de cazadores de focas «atrapado en hielo rojo». Los chicos de MTF Beta-7 fueron al lugar, recuperaron muestras. Ahora tenemos cientos de litros almacenados en un tanque especial. 2 por 2 por 2 metros, no más de eso, y siempre a temperaturas bajo cero, con sistemas de refrigeración redundantes.
Los cráneos del laboratorio lo han analizado hasta el cansancio, y todos los resultados preliminares dicen que SCP-009 es agua, con un matiz rojo. El problema es que se ríe de las leyes de la física. SCP-009 conserva se fase líquida entre 0 y -100 grados Celsius. Más allá de los -100 grados se convierte en gas, y a cualquier temperatura por arriba de 0C, se solidifica de inmediato. Anti-agua, anti-hielo. ¿Cómo puede algo ganar temperatura y congelarse al mismo tiempo? No tiene sentido. Una de nuestras doctoras en el departamento de Física Xenoespacial cree que SCP-009 llegó de otro universo, con leyes diferentes. Después de verlo en acción, no suena tan ridículo.
Ahora, sé lo que estás pensando: «Es agua que se calienta y congela en direcciones opuestas ¿Qué tiene de peligroso?» La respuesta… es que contamina cualquier solución con la que entra en contacto. No importa qué tan pequeño sea el rastro de humedad. Hielo, té, café, jugos de fruta, sangre… la velocidad del proceso depende de la temperatura y la composición química, pero tarde o temprano, SCP-009 logra transferir sus propiedades a otros líquidos.
Como podrás imaginar, la Fundación hizo «pruebas en vivo» con algunos Clase D. Al principio sólo sienten un poco de calor. Después, comienza la formación de cristales, cada vez más grandes y punzantes. La tercera fase dispara una reacción en cadena: A mayor temperatura, la conversión es más rápida. Pero la agonía dura horas, y la pérdida de sangre es mínima debido a su cristalización. Finalmente, los cristales brotan por cada orificio del cuerpo… sean naturales o no.
¿Puedes verlo ahora? SCP-009 alcanzando fuentes de agua potable, el océano. La conversión inicial sería lenta, pero una vez iniciada resultaría imposible detenerla. Cada cosa con humedad en este planeta, perforada, mutilada y atrapada en cristales de hielo rojo, agonizando hasta que SCP-009 termine su trabajo. Lo encontramos a menos de diez metros de la costa. Un estanque entero. Algunos en la Fundación quieren explorar su potencial para desarrollar fusión en frío. Otros reclaman elevarlo a Keter y dejar que se pudra en un rincón. El Comando O5 ordenó no hacer nada por ahora… pero eso podría cambiar pronto. Si una sola gota llega a quedar libre…
