Un estudiante de postgrado de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) ha creado una pequeña alfombra voladora de material plástico que puede volar impulsada por ondas eléctricas. A pesar de que el prototipo sólo se mueve a una velocidad de un centímetro por segundo, su creador cree que puede ser mejorado lo suficiente como para resultar útil en la exploración de Marte. El invento mide unos 10 centímetros de lado y puede llevar una pequeña carga, aunque para que sea capaz de transportar a una persona debería tener al menos unos cincuenta metros cuadrados. ¿Llegará el día en que surquemos los cielos sentados sobre alfombras voladoras?
Noah Jafferis, un estudiante de postgrado de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) ha conseguido que la prestigiosa revista Applied Physics Letters publique un trabajo en el que explica como construir una alfombra voladora. Aunque suene a cuento de “Las mil y una noches”, el invento de Jafferis no utiliza la magia para funcionar, sino que se “apoya” sobre un campo eléctrico generado a partir de la corriente almacenada en unas baterías. El pequeño tapete, de unos 10 centímetros de lado y construido con plástico transparente, puede despegar del piso y desplazarse por el aire sin utilizar ningún sistema propulsor tradicional.
El estudiante ha explicado que el trozo de plástico puede volar gracias al campo creado por una corriente eléctrica. A pesar de que representa una interesante aplicación (y según algunos, no demasiado novedosa) de los campos eléctricos, la alfombra no puede volar libremente por el aire, sino que debe restringir sus desplazamientos a la zona en la que se encuentran los generadores del campo. Como pude verse en el vídeo, al modificar la intensidad de diferentes regiones del campo eléctrico la lámina plástica se deforma y “ondea” como si se tratase de una verdadera alfombra voladora. La velocidad de desplazamiento es de aproximadamente un centímetro por segundo, y la fuerza que ejerce el campo es lo suficientemente débil como para que se necesite una superficie de al menos 50 metros cuadrados para poder transportar a una persona. Lejos de desanimarse, Jafferis está trabajando en una versión impulsada por energía solar y sueña con que algún día sus tapetes voladores puedan recorrer la superficie marciana. ¿Podrá cumplir su sueño? Parece poco probable, pero cosas más extrañas se han visto, así que será cuestión de esperar y ver como evoluciona este invento.