Tanto Intel como AMD podrán tener ideas para desarrollar a las próximas generaciones de procesadores, pero eso no cambia el hecho de que la Ley de Moore está en la balanza, y los límites del silicio se acercan rápidamente. Los nanotubos de carbono han sido presentados como una buena alternativa al silicio, un dato que gana relevancia después de que un grupo de ingenieros en la Universidad de Stanford anunció la creación de un procesador hecho con nanotubos.
Veamos: La arquitectura Haswell se encuentra en el rango de los 22 nanómetros. Intel logró implementar diferentes avances que reducen drásticamente el consumo de energía, pero en el aspecto del rendimiento, la arquitectura dejó bastante que desear para quienes esperaban dar el salto desde Sandy o Ivy. Si observamos a AMD, tanto Richland (APU) como Vishera (FX) están basados en la arquitectura Piledriver, o sea que se mantienen en los 32 nanómetros. Steamroller debería bajar ese número a 28 nanómetros, aunque no estamos seguros de que tan importantes serán las mejoras en rendimiento y uso de energía. Hace exactamente un año, Intel dijo tener soluciones para desarrollar chips en diez y cinco nanómetros, sin embargo, no se supo nada más sobre eso. Los beneficios de continuar con la reducción ya no parecen ser tan claros (realmente se esperaba más de Haswell), y el silicio tampoco es mágico.
Esto nos lleva una vez más al objetivo de reemplazarlo, y entre los candidatos más firmes, aparecen los nanotubos de carbono. Un equipo de ingenieros estacionado en la Universidad de Stanford ha creado nada menos que un procesador basado en estos nanotubos. Si bien cuenta con capacidades similares a la del antiguo Intel 4004, la noticia no está en el rendimiento del procesador, sino en su mismo desarrollo. Los nanotubos de carbono tienen el potencial de ser (como mínimo) tres veces más rápidos que el silicio, pero su formación es extremadamente compleja, y no del todo compatible con los métodos actuales de manufactura. Al mismo tiempo, un nanotubo con una imperfección puede convertirse en el equivalente a un cable (creando un cortocircuito), cuando lo que se necesita es un semiconductor.
¿Cómo logró superar estos problemas el equipo de Stanford? Básicamente pulverizan a los nanotubos que se comportan como cables, mientras que los nanotubos irregulares son compensados (por así decirlo) con ayuda de un poderoso algoritmo. El mes pasado, Robert Colwell, actualmente en DARPA y ex-jefe de arquitecturas en Intel (además de ser uno de los desarrolladores del Pentium 4) dijo en la conferencia Hot Chips que la Ley de Moore se muere en 2020. Vamos a tener que esperar algunos años para ver a los nanotubos de carbono en chips comerciales, pero la próxima década será crítica.
Pues no se, pero si no mal recuerdo prometieron avances a finales del año 2013, oh esperen ya estamos en el limite de esas fechas y lo unico que han dicho es que es dificil y ya!!! cuando la verdad deverian de decir aguantense y muerdanse la uñas hasta que lo tengamos y dejen de estar fregando punto pero bueno solo hay que esperar para saber que mas sale de la bolsa!!!!