Científicos de la Universidad de Minnesota crean el primer corazón funcional en un laboratorio. Un descubrimiento que da esperanzas para todos los pacientes esperando por un transplante de órganos.
Por primera vez en la historia de la medicina, un grupo de científicos crea un corazón funcional en un laboratorio. Por el momento, la investigación se encuentra en una etapa altamente experimental, solo se ha probado con ratas y cerdos, pero se cree que es un paso significante hacia la creación de órganos construidos en laboratorios, con todas las ventajas que esto puede tener: los órganos creados podrán ser personalizables, es decir que podrán ser construidos a medida para el futuro donante.
El proceso comienza al quitar todas las células existentes de un corazón muerto. Luego de este procedimiento, solo queda el "esqueleto" proteínico del corazón, su matriz extracelular, un "envase vacío". A continuación se procede a inyectar células vivas progenitoras trituradas, que se multiplican y vuelven a crecer, eventualmente enlazando todo el órgano. La ventaja en este procedimiento es que los órganos usarían las células madres del paciente a transplantar, por lo que su sistema inmune no lo rechazaría.
A pesar de que la investigación se encuentra en etapas muy tempranas, La Profesora Doris Taylor, directora del centro de reparación cardiovascular de la Universidad de Minnesota, cree que éste es un paso importantísimo para la creación de todo tipo de órganos. "La idea sería desarrollar vasos sanguíneos transplantables y órganos enteros hechos de tus propias células.", dijo Taylor a la prensa. "Esto abre la puerta a la noción de que tu puedes crear cualquier órgano, como riñones, hígado o páncreas. Nómbralo y nosotros esperamos poder crearlo."
La importancia de esta investigación es evidente. Miles de pacientes se encuentran en las puertas de la muerte, esperando un órgano que les de una mayor esperanza y calidad de vida. El índice de órganos para transplantes, a pesar de de todas las campañas de concientización, no ha subido significativamente y todavía es uno de los mayores problemas de la medicina moderna. Junto con otros avances científicos, hoy se puede decir que hay una luz al final del túnel.