Descubierto gracias a los datos proporcionados por el satélite CoRoT y el instrumento HARPS de ESO, Corot-9b es el primer exoplaneta "normal" que puede ser estudiado con gran detalle. Con un tamaño semejante a Júpiter y una órbita parecida a la de Mercurio, el planeta pasa por delante de su sol cada 95 días. Este “tránsito” dura 8 horas, y puede ser utilizado por los científicos para obtener información importante sobre el planeta. A pesar de sus diferencias con la Tierra, Corot-9b puede convertirse en la piedra de Rosetta en la investigación de exoplanetas.
El catálogo de exoplanetas posee ya unas 400 entradas. Cada una corresponde a un planeta que nuestros -cada vez más sofisticados- instrumentos han detectado orbitando alrededor de alguna estrella lejana. De la mayoría de ellos no conocemos gran cosa: sabemos que están ahí por que su estrella experimenta variaciones en su brillo o se mueve de una forma que solo puede deberse a la presencia de un planeta girando a su alrededor. Uno de ellos es Corot-9b, un exoplaneta del tamaño de Júpiter que describe una órbita similar a la de Mercurio alrededor de una estrella similar al Sol, situada a 1500 años luz de distancia de la Tierra. Ubicado en dirección de la Constelación de la Serpiente, este gigante pasa por delante de su estrella cada 95 días. Este "tránsito" tiene una duración de aproximadamente 8 horas, y los datos recogidos por los científicos han permitido determinar que -al igual que nuestros planetas gigantes, Júpiter y Saturno- Corot-9b está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, y que contiene hasta 20 veces la masa terrestre de otros elementos más pesados, incluyendo agua y rocas sometidas a altas temperaturas y presiones.
Corot-9b fue descubierto gracias al análisis de los datos proporcionados por el satélite CoRoT, y el instrumento HARPS de ESO, después de 145 días de observaciones durante el verano de 2008. Claire Moutou, que es parte del equipo internacional de 60 astrónomos que hizo el descubrimiento, dice que a pesar de ser un exoplaneta típico, Corot-9b es especial ya que “es el primero cuyas propiedades pueden ser analizadas en profundidad. Posee el potencial de convertirse en una piedra de Rosetta de la investigación de exoplanetas". Hans Deeg, coautor del un articulo al respecto publicado en la ultima edición de Nature ("A transiting giant planet with a temperature between 250 K and 430 K"), agrega que “es el primer exoplaneta que realmente se parece a los planetas de nuestro sistema solar.” Didier Queloz, otro de los autores del trabajo, dice que su análisis “ha proporcionado más información sobre Corot-9b que la existente sobre todos los demás exoplanetas del mismo tipo.” De los más de 400 exoplanetas descubiertos hasta hoy -70 de ellos a través del método de tránsito- Corot-9b es uno de los pocos que posee una temperatura superficial “moderada”. En efecto, la temperatura de su superficie gaseosa oscila entre los -20 y 160 grados centígrados, con variaciones entre el día y la noche y por la posible presencia de una capa de nubes muy reflectantes.
En la medida que los científicos obtengan más datos sobre este y otros exoplanetas, podrán comprender mejor el mecanismo que los ha hecho posibles. Ese conocimiento luego podrá utilizarse para seleccionar mejor las estrellas que poseen las características necesarias para poseer planetas girando a su alrededor, aumentando las posibilidad de encontrar alguno lo suficientemente similar a la Tierra como para albergar vida propia o permitirnos soñar con que -algún día- la humanidad podrá colonizarlo.