El bien mas preciado de nuestro sistema informático no es ni el ordenador ni sus periféricos, si no la información que guardamos en el.Resulta fundamental el realizar copias de seguridad periódicas de los ficheros que creamos en nuestra actividad diaria frente al ordenador, ya que en caso de un fallo grave en su sistema de almacenamiento (generalmente el disco duro) corremos el riesgo de perder todo lo que allí se almacena. Generalmente, las aplicaciones (sistema operativo, programas de oficina, juegos, etc.) son fácilmente recuperables, simplemente volviéndolos a instalar desde sus discos o CD-ROMs originales. Pero nuestros ficheros, aquellos trabajos que nos llevo meses escribir, o esa partida de nuestro videogame favorito que logramos salvar después de varias horas de juego son irrecuperables, excepto claro que hagamos periódicamente una copia de seguridad de nuestros queridos datos.
Si bien en castellano es más correcto decir copia de seguridad o copia de respaldo que usar el anglicismo backup, este término es ampliamente usado, por lo que a lo largo de este articulo utilizaremos uno u otro indistintamente.
Todos los medios de almacenamiento pueden fallar (y a menudo lo hacen), algunos con menor frecuencia que otros, pero ningún sistema nos ofrece la posibilidad de almacenar datos durante un periodo de tiempo infinito. Un disco duro, por ejemplo, tiene un tiempo medio entre fallos de unas 100.000 horas, lo que significa que en promedio un disco duro deja de funcionar después de unos diez años. Al tratarse de un tiempo promedio, significa que algunos de ellos fallaran mucho antes, y generaran así la pérdida de datos parcial o total.
Todos los datos con los que trabajamos diariamente en un ordenador se guardan en algún medio de almacenamiento (disco rígido, diskette, CD, disco Zip o Jazz, etc.), lo que significa que su supervivencia esta atada a la del medio sobre el cual han sigo grabados.
En general, la perdida de datos se debe a alguno de los motivos siguientes:
Fallas en el soporte: Dado que cualquier sistema de almacenamiento de datos esta construido con un conjunto de piezas mecánicas y electrónicas, es de suponer que el desgaste propio de su uso o motivos externos (golpes, picos de tensión, humedad, etc.) provoquen algún tipo de fallo que produzca la pérdida parcial o total de datos.
Errores humanos: La persona que opera el ordenador puede (de manera intencional o no) eliminar ficheros que contengan información útil. Ya sea por escribir encima de un archivo reciente una versión mas antigua del mismo, por eliminar algún fichero que no debía ser eliminado, por formatear accidentalmente el medio de almacenamiento o otros motivos, el operador puede provocar daños en los datos. De hecho, es una de las principales causas de pérdida de datos.
Ataques externos: Es innegable que la proliferación de virus, o incluso el ataque de usuarios con malas intenciones (hackers, o crackers) pueden causar grandes pérdidas de información.
Incompatibilidades: Si bien no deberían ocurrir, las incompatibilidades entre diferentes piezas de hardware pueden provocar pérdidas de datos (por ejemplo, algún hardware que tenga conflictos o incompatibilidades con la controladora de discos rígidos). La presencia de errores no conocidos o “bugs” en los drivers que manejan los subsistemas de almacenamiento pueden hacer ilegibles medios grabados por ellos mismos. Esto es mas frecuente con piezas de hardware que han sido lanzadas al mercado de forma reciente y aun tienen drivers que no han sido probados a fondo.
Desaparición del medio: Otra forma de perder nuestros datos es por la desaparición del medio de almacenamiento. Ya sea por un accidente (incendio, terremoto, inundación) o por un simple robo, si dejamos de tener acceso al medio de almacenamiento, no podremos recuperar los datos.
Por todos estos posibles inconvenientes debemos efectuar copias de resguardo o backups y así estar preparados para cualquier desastre. Hay casos documentados de empresas que han desaparecido junto con sus datos. De hecho, hay empresas que son sus datos: imaginemos cuál sería el resultado si un banco pierde todos los datos de las cuentas de los ahorristas.
Como decíamos al principio, no siempre es necesario hacer una copia de todo nuestro disco duro. De hecho, en caso de usuarios hogareños, quizás el volumen de información a resguardar sea solamente el 1% de lo almacenado. En una empresa, muy posiblemente los archivos de datos (de clientes, operaciones financieras, documentos, fotografías, etc.) tengan un volumen que supere varias veces al ocupado por las aplicaciones.
En todo caso, debemos resguardar la información que nuestra actividad va generando, que es la que no podremos recuperar de ninguna manera si la perdiésemos.
La forma en que hacemos el backup debe ser pensada cuidadosamente, teniendo en cuenta varios factores. El medio elegido debe ser diferente al medio del cual estamos tomando los datos originales (no sirve de mucho almacenar el backup de un disco rígido en ese mismo disco). La copia no debe residir en el mismo lugar físico que el medio origen, para evitar que un siniestro o robo en dicho lugar haga inútil el backup. Si el presupuesto lo permite, y la sensibilidad de los datos lo amerita, lo ideal es generar varias copias y guardarlas en diferentes ubicaciones físicas dispersas.
El backup debe guardarse en un lugar seguro, seco y fresco, teniendo en cuenta a su vez las condiciones del ambiente que requiere el medio para mantener los datos libres de peligro. No deben exponerse al calor, la humedad ni a campos electromagnéticos ya que se podrían dañar. Se deben etiquetar en forma ordenada y clara, incluyendo la fecha, el tipo de backup efectuado, la especificación del origen del backup, el número del soporte y la cantidad utilizada en total para ese backup (por ejemplo “1 de 3”).
Otro tema fundamental es verificar que los datos almacenados en el mismo son los correctos y se puede acceder a ellos sin inconvenientes. Debemos tener en cuenta que el medio destino también puede presentar fallas a la hora de restaurar los archivos.
Por supuesto, una tarea tan importante como realizar una copia de seguridad ha sido analizada en profundidad, y se han propuesto diferentes métodos o tipos de backup.
Básicamente, podemos hacer una primera división entre copias “en línea” o “fuera de línea”. La primera de ellas consiste en duplicar la infraestructura de almacenamiento principal en una infraestructura secundaria. Es decir, los discos duros principales se replican generalmente en un centro de respaldo. Los datos afectados se copian inmediatamente en la infraestructura secundaria en cuanto son creados o modificados en la infraestructura principal. Se trata de la solución más cara porque utiliza discos magnéticos de alto rendimiento. No obstante, la recuperación de los datos es prácticamente inmediata (pensemos en un sistema RAID de varios discos intercambiables en caliente, por ejemplo). Para conseguir un mejor equilibrio en costes es posible habilitar un segundo nivel de almacenamiento compuesto por discos más baratos (generalmente ATA o SATA). Los datos más antiguos o menos utilizados se mueven a este segundo nivel liberando espacio de los discos más caros.
En el segundo caso, cuando se utilizan medios de almacenamiento fuera de línea existen tres políticas posibles:
Copia completa: Es la alternativa más simple desde el punto de vista de la planificación, consiste en realizar una copia completa de todos los datos del disco duro en algún soporte externo (CD-ROMs, DVD, unidades de cinta, etc.). Como desventaja, se requiere un mayor espacio de almacenamiento y “ventana de backup”, que es como se denomina al tiempo necesario para realizar las tareas de respaldo, tiempo en el que puede ser imposible acceder a los datos originales.
Copia diferencial: Consiste en copiar únicamente aquellos datos que hayan sido modificados respecto a una copia total anterior. Requiere menor espacio de almacenamiento y ventana de backup. Como para restaurar una copia diferencial es necesario restaurar previamente la copia total en la que se basa, se requiere mayor tiempo de restauración. A veces, una copia diferencial puede sustituir a otra copia diferencial más antigua sobre la misma copia total.
Copia incremental: Consiste en copiar solamente aquellos ficheros de datos que hayan sido modificados respecto a otra copia incremental anterior, o bien, una copia total si ésta no existe. Un punto muy importante es que una copia incremental no sustituye a las copias incrementales anteriores. Para restaurar una copia incremental es necesario restaurar la copia total y todas las copias incrementales por orden cronológico que estén implicadas. Si se pierde una de las copias incrementales, no es posible restaurar una copia exacta de los datos originales. La ventaja de este sistema es que las copias incrementales individuales son más pequeñas que el total, ya que solo contienen los datos que han sufrido modificaciones desde el último backup.
Cualquiera de los casos mencionados se pueden combinar con algún sistema de compresión (por software o por hardware) para reducir el volumen de los datos. En general, se pueden lograr tasas de compresión de 2:1, lo que permiten ahorrar un 50% del espacio necesario para las copias de seguridad.
Al elegir un método de backup, debemos también pensar en el medio de destino. Generalmente, se debe tomar en cuenta tanto del equipo necesario (hardware) para hacer la copia de seguridad, como el soporte de los datos en si mismo. Diversos factores, como el costo de las unidades, de los soportes de datos (diskettes, CD-ROM, discos ZIP, cintas, etc.), la velocidad de escritura de los mismos, etc. tienen peso en el momento de decidir.
Al tomar la decisión de un sistema de copia, se debe tener en cuenta cual será el tiempo necesario para la restauración de esos datos. En muchas aplicaciones el tiempo es critico, y no se puede esperar horas mientras se restaura un backup incremental en cintas. Generalmente, los backup realizados con al modalidad “en línea” son los mas costosos, pero los que ponen los datos a disposición en menos tiempo.
Por ultimo, es posible combinar diferentes medios y sistemas para crear rutinas y mecanismos de backup que brinden el rendimiento necesario para nuestro caso particular, a un costo razonable y sin perder seguridad. Se puede, por ejemplo, tener una copia en línea de los datos mas críticos (por ejemplo, las cuentas corrientes de nuestros clientes) y en cinta de los menos indispensables (las fotos de sus legajos).
Últimamente, se ha puesto a disposición de las empresas sistemas de respaldo basados en Internet, es decir, empresas de seguridad tienen servidores en línea, a los que podemos acceder mediante un abono, y guardar en ellos nuestras copias de seguridad. De esta manera aseguramos que los datos respaldados se encuentran físicamente en un sitio diferente. Para el usuario hogareño, existe la posibilidad de utilizar una cuenta de correo que brinde el espacio suficiente (Yahoo brinda gratuitamente un gigabyte y Google casi tres gigabytes de espacio, y no son los unicos en brindar tanto espacio de almacenamiento gratuito) para almacenar datos.
Evidentemente, con tantos sistemas disponibles es muy difícil encontrar excusas para no realizar una copia de nuestros valiosos datos. Un error bastante común es descuidar la realización de backups dado que “nunca nos paso nada”. Pero no perdamos de vista que el único capital de nuestra empresa que no podemos recuperar comprándolo nuevamente es la información que generamos con el trabajo diario, y un evento tan simple como un corte de luz puede echar por tierra meses de trabajo. Es única e irrecuperable. Salvo claro que contemos con una copia de seguridad a mano.
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