Una película de chicas millennials malas, con mucho humor negro y bastante cinismo. Es, principalmente, una película de esas “coming to age” pero no una de esas aburridas que te hacen vomitar, porque aquí todo gira en torno al plan para asesinar al padrastro de una de ellas. No es una película para todo el mundo porque tiene un sentido del humor bastante seco, aunque también tiene una de las últimas actuaciones del estimadísimo Anton Yelchin antes de su estúpido accidente.