Una de esas películas que captura a la perfección la esencia del terror de los 80s. Un filme de culto por donde se lo mire, cuya trama no tiene mucho sentido pero que igual es absolutamente genial. Trata sobre dos niños que accidentalmente abren un portal al infierno, mientras sus padres están fuera de la ciudad. Todo comienza con un disco de heavy metal y la muerte de una mascota. Incluye unos pequeños demonios super malvados y traviesos, para los cuales se tuvo que construir una habitación gigante, ante la falta de efectos por computadora. Tiene muchos puntos en común con “House” (1986), la obra maestra Steve Miner, el mismo director de “Warlock” (1989) y de la segunda y tercera parte de “Friday the 13th”. O sea, tres recomendaciones en una: The Gate (1987), House (1986) y Warlock (1989), todas genialidades de época que ningún fan del horror puede obviar.