¡Hoy toca miniserie surcoreana de ocho episodios! Y esta vez no la eligió mi mujer, ¡así que no admito cuestionamientos! El primer episodio parece salido de Betty la Fea, es cierto, pero paciencia: la cosa se pone super turbia a partir de la mitad del segundo. De ahí en más la serie nunca va hacia donde uno cree que va a ir, y cuenta cómo se desarrolla una brutal historia desde los diferentes puntos de vistas de los involucrados. Sorpresa tras sorpresa, el final llega y todo cierra perfecto. Erotismo, asesinatos, sangre y obsesiones perturbadoras. Ocho horas de buen entretenimiento. Yo, Maximiliano Ferzzola, lo certifico. ¡Recomendadísima!
