Conocida (entre otras cosas) por su extrema versatilidad, la muñeca Barbie decidió dedicarse a la tauromaquia en 1999, y salió a la venta sólo en el mercado estadounidense. El escándalo fue tan grande que incluso llegó a Hollywood, con Alicia Silverstone escribiendo una carta al CEO de Mattel Robert Eckert para que retire la muñeca. Eso sucedió un año después.