Tengo que serles franco: amo a Will Ferrel. Me encanta como actor, tiene un carisma indiscutible y siempre elige papeles que le calzan al dedillo. Nunca he odiado nada de lo que ha hecho y hasta sus peores películas me parecen buenas por su presencia. Dicho esto, esta es una de sus pelis menos conocidas y es una dramedy de pura cepa. Trata sobre un tipo alcohólico al que el mismo día que lo echan del trabajo, regresa a su casa para encontrar que todas sus cosas están desparramadas en la entrada. Su esposa se hartó y lo quiere afuera. Pero, sin dinero, no puede ir a ningún lado así que comienza a organizar una venta de garage con sus pertenencias. Linda, humana y no todo lo melosa que podría haber sido. ¡Recomendada!