Un avión de espuma cuesta unos 10 o 15 euros en línea. Después hay modelos que vienen con un pequeño motor, y utilizan un supercondensador como fuente de energía. Con unos diez segundos de carga, el avión puede cubrir una distancia más amplia de lo que imaginamos, pero Tom Stanton, a quien ya conocemos por sus excelentes vídeos con imanes, motores e impresión 3D, decidió optimizar el diseño original y construir un avión con supercondensadores mucho más potente…
Obtener celdas de litio es relativamente sencillo para mi (hay muchas baterías de portátiles antiguos que pueden ser recicladas con el cuidado suficiente)… pero los supercondensadores son otra historia. Prácticamente no existen a nivel local, y lo poco que encuentro tiene precios prohibitivos. Por ese motivo me parece fascinante que ya vengan incluidos en algunos juguetes de bajo costo, y que su potencial en el espacio DIY sea tan grande.
La búsqueda constante de proyectos me llevó al canal de Tom Stanton, quien compró un pequeño avión de espuma con un supercondensador en su interior. Los supercondensadores no poseen una gran capacidad, pero se cargan muy rápido, algo que las baterías convencionales definitivamente envidian. Con su cargador manual (al que diseñó en un vídeo anterior), pudo llenar el supercondensador del avión con apenas nueve revoluciones. ¿El siguiente paso? Construir un avión con supercondensadores más grande.
Supercondensadores y aviones a radiocontrol
Afortunadamente, Tom sabe muy bien lo que hace (es ingeniero aeroespacial), y preparó una configuración de seis supercondensadores de 3 voltios y 100 faradios (así es, nada de micro ni nano) conectados en serie. La comparación es impresionante: El pack de supercondensadores puede almacenar la misma energía de una celda CR2032, pero esa celda terminaría envuelta en llamas si tratara de hacer el trabajo de los supercondensadores.
El resto fue cuestión de diseñar el fuselaje alrededor del pack de supercondensadores. Su modelo es compatible con un motor frontal, pero la impresión 3D y la aerodinámica son damas caprichosas, y demandaron algunos ajustes extra. Las alas y la cola del avión fueron tomadas de un proyecto anterior, reduciendo tiempo y costos.
A pesar de la inclemencia del clima, Tom logró obtener cerca de dos minutos de vuelo, con dos minutos de carga manual. Si las condiciones mejoran y aumenta la velocidad de su carga manual, lo más probable es que logre alcanzar una relación 1:1. De hecho, todo funcionó tan bien que algunos comentarios sugieren la creación de un kit para entusiastas. No suena nada mal…