La relación entre los videojuegos y los osciloscopios es más estrecha de lo que imaginamos. Tennis for Two es considerado «el primer videojuego» destinado al entretenimiento puro y duro (en vez de ser una demo tecnológica), y utiliza un osciloscopio como pantalla principal. Hoy puedes hacer algo similar, pero en vez de dedicarte a un solo juego, la idea central es construir una consola entera, con cartuchos y sonido. El proyecto original se extendió por más de tres años, y cualquiera que lo intente deberá cruzar espadas con miles de líneas de código ensamblador… pero el resultado final es excelente.
Si alguien intenta visualizar la construcción de una consola DIY en estos días, lo más probable es que termine explorando el territorio del Raspberry Pi y los emuladores disponibles en ese mini ordenador. A mediados de este año exploramos el proceso para instalar y configurar RetroPie, pero el mercado también ofrece kits completos para quienes desean reducir el ensamblaje al mínimo. Ahora, si lo que buscas es una aventura DIY al máximo… nada mejor que construir una consola basada en un osciloscopio como pantalla. El responsable del portal Mixtela publicó una guía completa de ensamblaje, sin embargo, creo que es mejor comenzar con el vídeo:
El corazón de esta consola se basa en un chip ATMega128, que habilita los timers de hardware para la generación de sonido, y la combinación de dos DACs con dos OP-AMPs se encarga de materializar X e Y en el osciloscopio, pero hay un detalle notable en los cartuchos. La implementación de la arquitectura Harvard en los chips ATMega poseen una restricción especial, y es que todo el código debe ser cargado en la memoria Flash interna. Eso significa que el responsable de este proyecto tuvo que escribir un bootloader entero para poder realizar un dump del cartucho a la memoria, saltar al principio del código e iniciar su ejecución. Desde un punto de vista técnico, el usuario podría retirar el cartucho una vez cargado, pero su creador decidió «mantener la ilusión» de un cartucho tradicional, y si lo retiras, el funcionamiento de la consola se interrumpe.
Otro aspecto muy interesante de esta consola es el de los juegos. La creación de cada uno tomó una semana en promedio (un límite que el propio programador se impuso), pero en algunos casos no llegó a terminar el código, tal y como sucedió con el caso de Astro Lander. El último toque retro es la compatibilidad con los gamepads originales de Nintendo NES y Super Nintendo. En resumen, construir una consola conectada a un osciloscopio requiere cierto conocimiento de lenguaje ensamblador y electrónica al mismo tiempo, y desde ya queda clasificado como «no recomendado» para principiantes, pero si te defiendes en ambos campos, ¿por qué no?