Si hay dos tecnologías que se han instalado con fuerza en el mundo DIY, son el Raspberry Pi y las luces LED. Cualquiera puede adquirir tiras o paneles listos para usar y lograr un gran número de efectos, pero el responsable del canal «there oughta be» en YouTube decidió dar una vuelta de tuerca extra, o mejor dicho, agregar una dimensión: Su cubo LED no sólo presenta un excelente patrón 3D, sino que además reporta la carga del procesador en un ordenador, con la ayuda de un Raspberry Pi 2 y un poco de código Python.
Si haces una rápida visita a portales de venta online como eBay y AliExpress encontrarás una serie de paneles LED que básicamente han explotado en popularidad, gracias a la posibilidad de conectarlos a un Raspberry Pi usando un HAT compatible. Con el código adecuado, estos paneles (en configuraciones de 64×64 o 64×128) tienen la capacidad de generar patrones muy atractivos mientras entrega información relevante para el usuario. Pero la mejor parte es que no estamos limitados a un panel. Existen modelos con soporte «daisy chain», y eso instala una pregunta interesante: ¿Qué podemos construir con dos paneles o más?
Sebastian del canal «there oughta be» en YouTube tiene una fabulosa propuesta: Un cubo LED que mide la carga del procesador en un ordenador. Después de haber participado en la Chaos Communication Congress 36 y de observar a estos paneles en acción con forma de cubo, decidió crear una variante estacionaria. Eso habilita dos ventajas: Puede usar tres paneles en vez de seis (reduciendo el costo final del proyecto), y elimina todo lo que es batería y circuito de carga.
Otra decisión acertada es el uso de un Raspberry Pi 2. Sebastian explica que ya tenía uno juntando polvo, pero también ofrece el equilibrio exacto. Los modelos más rápidos generan calor extra dentro del cubo, y opciones como el Raspberry Pi Zero son demasiado débiles en lo que se refiere a procesamiento. La fuente de alimentación es todo un desafío: Sebastian utiliza una unidad de 5 voltios a 10A, pero bajo ciertas condiciones (ej., los LEDs en blanco con brillo al máximo) no es suficiente. Su recomendación es adoptar una fuente más potente, o separar la alimentación del Raspberry.
Sin embargo, el elemento más complejo es el software, que transforma al cubo en un indicador de uso del procesador. El ordenador carga un script en Python como servicio systemd, que envía la información al Raspberry Pi configurado con rpi-rgb-led-matrix y OpenGL habilitado. Lamentablemente, la solución no es tan universal que digamos, y es probable que el código necesite modificaciones dependiendo del tipo de paneles LED.
El resultado final es un anillo que ocupa las tres superficies, y que cambia tanto de color como de espesor. Azul equivale a «idle», verde y amarillo simbolizan cargas intermedias, y rojo muestra el chip al 100 por ciento. Como si eso fuera poco, el anillo está dividido en doce secciones, una para cada thread, que modifican su intensidad según el uso.
En total, Sebastian invirtió menos de 150 euros para construir el cubo, originalmente destinado a ser una lámpara en su sala de estar, pero su esposa ejerció poder de veto (!). Ese número no incluye el filamento utilizado en la impresión 3D del armazón ni el costo del Raspberry Pi 2. Si quieres saber más, abajo tienes el enlace.
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