Uno de los grandes beneficios que la tecnología LED ha traído a nuestras manos es la posibilidad de desarrollar proyectos relativamente complejos a un costo razonable. Un buen ejemplo es la superlinterna LED construida por Samm Sheperd, que combina un total de ocho chips LED de 100 vatios cada uno, y un sistema de refrigeración líquida fabricado con partes adquiridas en eBay. El resultado es una luz con un flujo luminoso de 72 mil lúmenes, casi setenta veces más poderosa que una linterna LED comercial estándar.
De acuerdo a las listas de precios en eBay, un chip LED de 100 vatios proveniente de China cuesta menos de dos dólares. Dependiendo de la cantidad y el proyecto que tengas en mente, lo más probable es que necesites una fuente de alimentación, aunque siempre existe la posibilidad de utilizar un paquete de baterías, gracias a la flexibilidad en el voltaje de operación que presentan estos chips (9-35 voltios, en teoría). S
i el plan es construir una linterna, las baterías seguramente se encuentran en tu lista, pero lo que sin dudas aparecerá al tope de ella es algún sistema de refrigeración para cada módulo LED. Esos pequeños demonios calientan y mucho, por lo tanto, resulta crítico disipar calor de forma adecuada, a menos que quieras LEDs quemados en cuestión de segundos. Dicho eso…
¿Qué tal suena una linterna con refrigeración líquida?
En esencia, lo que hizo Samm Sheperd fue conectar ocho chips LED de nueve mil lúmenes cada uno (máximo) a tres baterías de 12 voltios en series. Los chips fueron instalados sobre un bloque de refrigeración cuyo líquido fluye gracias a una pequeña bomba instalada dentro de una botella, y un ventilador acoplado a un radiador se encarga de disipar el calor, mientras que las lentes hacen lo suyo distribuyendo la luz. El circuito líquido es lo suficientemente amplio para mantener a las luces en una temperatura aceptable, aunque con el pack de baterías que utilizó, la linterna sólo dura unos seis minutos encendida. La cantidad de baterías que quiera conectar el usuario depende de cuánta portabilidad esté dispuesto a sacrificar.
Al no existir una especie de diseño estándar, Sheperd se apoyó mucho en el epoxy para mantener todo en su lugar, y en el uso de aluminio, combinando resistencia y bajo peso. Es definitivamente un cañón de luz, que deja mordiendo el polvo a la gran mayoría de las linternas comerciales, y también debemos recordar que el «blanco» no es el único color disponible en este tipo de luz LED. De salir a la venta, la linterna tendría un precio cercano a los 500 dólares, sin embargo, comprando las partes por nuestra cuenta debería ser un proyecto mucho más económico.