Resulta muy curioso el pasado de algunas compañías, especialmente cuando lo exploramos a través de prototipos extraños y proyectos que nunca vieron la luz del día. En la actualidad, nadie duda que Nintendo y Sony son competidores directos, pero en una época distante y misteriosa, trabajaron como socios. Uno de los proyectos derivados de esa sociedad llevaba el nombre de «Play Station», y combinaba a un nuevo formato óptico con el clásico sistema de cartuchos en la Super Nintendo.
Dice la leyenda que en el año 1988, Nintendo y Sony iniciaron el desarrollo del formato SNES-CD. Tal y como lo indica su nombre, el objetivo de ese formato era extender las capacidades disponibles en la Super Nintendo (Super Famicom en la versión japonesa) a través de una unidad óptica propietaria. Calculo que nuestros lectores más veteranos deben haber observado alguna que otra imagen del concepto: La consola se conectaba en la parte superior de esta unidad especial, incrementando considerablemente su altura.
Ambos gigantes japoneses trabajaron codo a codo en el formato durante tres años, y los primeros frutos estaban por caer del árbol. Sin embargo, los problemas no tardarían en manifestarse. Sony hizo acto de presencia en la edición de 1991 del CES, y allí reveló al público la «Play Station» (noten el espacio), una plataforma que combinaba el formato SNES-CD con la interfaz tradicional para cartuchos de Super Famicom.
En términos sencillos, estamos ante lo que fue el ancestro de la PlayStation que todos conocemos. La idea era muy llamativa: Los dueños de una Super Famicom podrían incorporar el soporte SNES-CD a través de su módulo dedicado, mientras que Sony presentaría una alternativa con su Play Station. ¿Qué fue lo que pasó? Nada menos que un conflicto masivo sobre licencias. Gracias a una notable habilidad con sus recursos legales, Sony logró retener el control (incluyendo ganancias) sobre el formato SNES-CD y continuar su desarrollo, un detalle al que el entonces presidente de Nintendo, Hiroshi Yamauchi, finalmente decidió oponerse.
Apenas 24 horas después de que Sony había presentado a su «Play Station» en el CES, Nintendo anunció un acuerdo con el oponente directo de Sony, Philips, para crear el módulo óptico compatible con la Super Famicom. El punto clave: Todas las licencias y ganancias de software continuarían bajo control de Nintendo, quien a cambio permitiría la llegada de algunos juegos oficiales al CD-i de Philips, formato que le causaría a la compañía europea casi mil millones de dólares en pérdidas, y su salida sin pena ni gloria del mercado de los videojuegos.
Apenas un año después, Sony y Nintendo lograron limar algunas asperezas. Sony fue autorizado a desarrollar hardware compatible con cartuchos de Super Famicom siempre y cuando Nintendo recibiera los ingresos de los juegos, pero la magia ya se había roto. Las fotos que acaban de ver pertenecen a uno de los 200 prototipos que Sony creó de su Play Station, antes de abandonar por completo el proyecto y enfocarse sobre la revolucionaria PlayStation 1 de 32 bits.
Por su parte, Nintendo vio que la idea de un módulo óptico para la Super Famicom se había desgastado, lo que llevó a su cancelación, e ingresaría a la quinta generación de consolas un año y medio más tarde que la PS1 con su Nintendo 64, usando cartuchos. Sobre la unidad Play Station en sí, el usuario de Imgur «DanDiebold» explica que un compañero de trabajo de su padre también había trabajado para Nintendo, y la consola se encontraba en una caja «con chatarra» que supuestamente se debía tirar…
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