La última vez que hablamos sobre Vantablack, también conocido como «el negro más negro», terminamos envueltos en una disputa entre los artistas Stuart Semple y Anish Kapoor, quien obtuvo los derechos para utilizarlo de manera exclusiva. Sin embargo, esos derechos alcanzan a una sola variante de Vantablack. La nueva versión Vantablack VBx2 se distribuye como espray, y eso le permitió al artista Asif Khan aplicarla en el Pabellón Hyundai que fue construido en Pyeongchang, donde se están desarrollando los Juegos Olímpicos de Invierno.
Los Juegos Olímpicos de Pyeongchang finalizarán el próximo 25 de febrero. El pequeño condado surcoreano ha recibido a casi 3.000 atletas de 92 países diferentes, y a pesar de las enormes tensiones (que incluyen las acusaciones de dopaje ruso y la compleja relación entre ambas Coreas) creo que es posible hablar de una organización exitosa. Además del deporte, Pyeongchang 2018 también hizo un poco de lugar para el arte, representado de una forma muy especial. La gente de Hyundai encargó la construcción de un pabellón pintado de negro… probablemente el negro más profundo que todas las personas allí hayan visto en sus vidas.
El pabellón es una creación del artista y diseñador Asif Khan, quien unió fuerzas con Surrey NanoSystems para utilizar Vantablack VBx2, una versión alternativa del Vantablack original compatible con aplicaciones a gran escala. El uso de Vantablack VBx2 elevó en gran medida la complejidad del proyecto, ya que no es posible pintar con esta sustancia como si fuera una pintura normal, y demandó la presencia de contratistas especialmente entrenados. Aún así, los resultados hablan por sí solos. Vantablack VBx2 puede absorber más del 99 por ciento de la luz que recibe, y si no fuera por la existencia de pequeñas luces LED, sería casi como mirar al monolito de «2001».
El interior del pabellón es tan impresionante como el exterior. Allí se encuentra una extraña instalación hídrica que produce unas 25 mil gotas de agua por minuto, las cuales se deslizan por canales hidrofóbicos. La visión de Khan es un juego de escalas: Pasar de la inmensidad del cosmos a la pequeñez de las gotas en pocos pasos. Admito que no entiendo cómo se relaciona eso con los Juegos Olímpicos, pero tampoco puedo negar su belleza.
