ESTÁ TODO MAL: En Sicilia se desarrolló una conferencia sobre los riesgos a los que se expone nuestro planeta. El terrorismo cibernético, el cambio climático, las armas nucleares y la escasez de energía a nivel mundial son algunos de los temas que estuvieron en la agenda. Y los expertos coincidieron en algo: no son optimistas sobre el futuro inmediato.
Más de 120 científicos, ingenieros, analistas de todo tipo y economistas, provenientes de 30 países, se reunieron la semana pasada en Italia, en el marco de la edición número cuarenta de la Conferencia Anual sobre "las situaciones de emergencia planetaria". El término fue acuñado por un físico teórico, el doctor Antonino Zichichi.
Los participantes no se mostraron particularmente optimistas sobre la situación actual de nuestro planeta. Se han presentado datos alarmantes que muestran de qué manera el auge de los biocombustibles amenaza con destruir las selvas tropicales del Sudeste Asiático; como los piratas informáticos de alquiler “secuestran” millones de ordenadores cada mes; y cómo la falta de progresos reales durante la manipulación de residuos nucleares no solo dificultan el funcionamiento de las centrales nucleares, si no que genera riesgos tales como el uso de esos mismos materiales por parte del terrorismo global.
Las reuniones fueron patrocinadas por la Ettore Majorana Foundation y el Centro para la Ciencia y la Cultura de la Federación Mundial de Científicos, en Ginebra. Ambas organizaciones están dirigidas por el Dr Zichichi. A los 78 años, Zichichi controla cada aspecto de las reuniones, incluidas las asignaciones de los asientos en los seminarios y la selección de vinos durantes las cenas. El objetivo principal de este físico es promover lo que a él gusta llamar "una ciencia sin secretos y sin fronteras". Su visión es incentivar la mezcla de disciplinas y culturas y reunir científicos veteranos con nuevos talentos, para así impulsar avances significativos en los temas centrales.
Entre los éxitos conseguidos en el pasado por este científico se destaca un muy importante logro: haber puesto en la mesa de discusión de todo el mundo la necesidad de reducir el tamaño de los arsenales nucleares mundiales. También ha sido el autor del primer análisis detallado sobre los riesgos de inundación a lo largo del Río Amarillo, en China.
La amenaza que representan para el mundo actual los ciberataques también ha sido objeto de análisis en la reunión de este año. En una de las sesiones relacionadas con la seguridad de la información, el secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Hamadoun I. Touré, advirtió que el uso generalizado de ordenadores que ha hecho posible una "sociedad del conocimiento", también ha convertido a millones de personas en “superpotencias potenciales”. "Todos y cada uno de los cerebros en la Tierra puede desencadenar un ataque", dijo Touré.
Jody Westby, el director ejecutivo de Global Risk Cyber, una empresa consultora con sede en Washington, advirtió que “los gobiernos no hacen lo suficiente para anticipar los ataques [del ciberterrorismo]”. Por ejemplo, en los Estados Unidos, mientras se invierten fuertes sumas de dinero en trabajos clasificados sobre las redes de comunicaciones, solo hay un pequeño programa relacionado con la investigación de las vulnerabilidades que presentan las redes privadas encargadas de manejan el grueso de las comunicaciones gubernamentales.
En un seminario relacionado con la propagación de mosquitos hacia regiones en las que no existían hace solo unos años, los participantes discutieron sobre la creciente brecha entre las naciones ricas y las más pobres. Este es un tema de fondo que necesita ser tratado para hacer frente a los riesgos sanitarios derivados de las precarias condiciones de vida en muchas de las naciones denominadas “emergentes”.
Después de las presentaciones sobre los últimos brotes del virus chikungunya (o artritis epidémica chikungunya) tropical, en Italia, Baldwyn Torto, del Centro Internacional de Fisiología de Insectos y Ecología de Nairobi (Kenia), se quejó que mientras la mayor parte del debate se centró en proteger Europa contra la aparición de nuevos brotes, no se discutieron enfoques mejores como, dijo, sería atacar este tipo de enfermedades tropicales en los lugares donde se originan.
Bill Fulkerson, de la Universidad de Tennessee afirmó, en un resumen final efectuado el sábado, que las reuniones a efectuarse en los próximos años probablemente se centren en los aspectos tecnológicos y científicos de los países en desarrollo que están intentando desarrollar sus economías sin que ello provoque una disminución de sus recursos.
La abrumadora naturaleza de los problemas no parece menguar la determinación de los expertos para buscar respuestas. "¿Qué opciones tengo?", dijo Richard Wilson, un físico de Harvard y experto en energía nuclear y riesgos ambientales, de 82 años. "Yo podría ir a Hilton Head y jugar un poco de golf, pero no lo encuentro un pensamiento muy atractivo."
En definitiva, parece que de la reunión han surgido más o menos las mismas certezas que tenemos todos: o nos ponemos de verdad a hacer algo por la “salud” del planeta (y de su gente) o dentro de un par de décadas (siendo muy optimistas) nos vamos a encontrar con un problema muy difícil de manejar entre manos. Y lamentablemente, la ecología, el hambre, el terrorismo y la escasez de energía no se solucionan con buenas intenciones y discursos. Debemos hacer algo de verdad, y lo antes posible.