Estudiantes de la Universidad de Boston estarían desarrollando un concepto que permitiría transmitir datos a través de lámparas LED. Esto permitiría restringir fácilmente el radio de acción de nuestras redes, aunque esto no siempre es lo más cómodo. Estas luces, hechas con LED, parpadearían a altísima velocidad para permitir la comunicación con los dispositivos. Por eso, es que no se notarían variaciones en la intensidad de las luces a nivel consciente (aunque si podría o no fritarnos con ondas de radio o convertinos en epilépticos súbitos, es todavía un misterio).
Los conceptos son geniales mientras se mantienen como conceptos. Cuando se intentan llevar al mundo real, es que se empiezan a ver las fallas y la cosa hace agua por los cuatro costados. Este concepto, ideado por estudiantes de la Universidad de Boston, podría ser presentado como: “Imagina que bueno sería encender la luz y que todos tus dispositivos se conecten”. O, como su total opuesto, “imagina que horrible sería tener que dejar la luz encendida durante la noche para que tu ordenador no se desconecte”. Además, y por sobre todo, últimamente los desarrolladores de todo tipo de dispositivos anuncian que será tan fácil como conectarlo y todo funcionará sin ningún tipo de configuración. Y ya sabemos que el plug&play es la mentira más grande del mundo (siempre hace falta un driver, un dll, que tal o cual cosa acepte comunicarse tal o cual otra con estándares diferentes, etc).
Los LED que se usarían para estas redes de transmisión y recepción de datos serían de baja intensidad. De todos modos, deberíamos encender las luces (y ya sabemos que gastar energía tan gratuitamente es en detrimiento de nuestro planeta). Por otra parte, al ser cada foco un “punto de acceso” la topografía de la red sería caótica al punto de no poder mantenerse. Esto también incluiría algunos de los problemas que tenían los infrarrojos: el alcance, necesidad de contacto visual y poca estabilidad en la conexión.
Parece que en Boston están intentando reinventar la rueda, pero ¿es realmente necesario? Nos basta con imaginar a alguien abriendo un paraguas sobre el cubículo de un compañero de trabajo para desconectarlo de la red. Si la cosa es tan así, sabemos que esta tecnología no tendrá mucha aceptación.
Con las mejoras en las tecnologías de Wi-Fi y cosas como transfer-jet lo único que nos gustaría en la redacción, que todavía no tenemos, es un dispositivo que sincronice y recargue nuestro móvil automáticamente sin tener que enchufarlo. Y eso, todavía está verde.