Tanto como de entrenamiento, reencuentros y diversión, Facebook también puede ser una fuente inagotable de situaciones que ponen en riesgo las propias amistades que protagonizan esta red social. Ni hablar de los efectos que puede tener cualquier comentario ingenuo en tu intimidad como en la de los amigos, provocando desastres a nivel social. Para evitar que pases por todas estas situaciones y para que seas un usuario considerado de Facebook, en esta guía práctica sobre cómo usar Facebook y no morir en el intento nos tomamos una licenciosa licencia y te damos algunas pistas para que la experiencia sea positiva.
Como base, no está de más reconocer ciertas falencias comunicacionales que tenemos tanto por efecto como por defecto, y que muchas veces no reconocemos como influyentes en la percepción del otro, ya que la red social de la que hablamos es tomada a la ligera. Por eso, y ante todo, quien sea usuario de Facebook debe entender que expresiones como “En Facebook nada es lo que parece.” “En Facebook todo es superfluo.” “En Facebook nada es importante” son falsas, ya que si las relaciones rotas, las pérdidas de trabajo y las amistades deshilachadas no son suficiente demostración de que lo que pasa en Facebook no queda en Facebook, los suicidios que se cometen por la insensibilidad entre usuarios puede completar el panorama y este argumento.
Pero saliendo del plano fatalista, hemos preparado una mezcla de reglas implícitas y explícitas entre los usuarios, recomendaciones para ser un mejor “amigo de Facebok” y también consejos de poca valía moral para evitar que la red social te sofoque. Todo esto en una pequeña guía práctica que hemos dado en llamar: Cómo usar Facebook (y no morir en el intento.) Y no sólo socialmente hablando.
Evita Llenar de spam tu perfil y el de los otros
¿Pero qué es spam en Facebook? Es todo aquello que rompa la condición manual con la que se comparte contenido y se interactúa con tus amigos. Es decir, cuando le llenas el perfil a un amigo de invitaciones para que gane monedas arando campos virtuales, o para que mate zombies con un girasol o incluso para indicarle su buena fortuna con horóscopos inútiles –valga la redundancia-. Para graficar el nivel de violencia que genera en algunos usuarios, este tipo de cosas vendrían a ser los PPT por correo de Facebook. Para evitar convertirte involuntariamente en un pesado y ganar en el juego social, lo único que debes hacer es dirigirte a la administración de tu cuenta y en las opciones escoger la forma personalizada en la que las aplicaciones se manifiestan, tanto en tu muro como en el de los otros a través de las invitaciones.
Sobre meterse en conversaciones ajenas
El error de los errores en la vida social virtual y también en la real. Sabemos que piensas que como es un tema de conversación divertido, lo están haciendo públicamente y crees tener algo interesante para aportar, la oportunidad de mezclarte entre los amigos de un amigo se presenta mejor que nunca, y tú tienes ese punch que le falta a esos dos o tres aburridos para levantar la conversación. Frena el impulso y piensa: conviene, no conviene, aporta o no lo que voy a decir, qué intenciones tengo, etc. Si de todo eso el resultado es positivo, inmiscúyete en la ex–timidad de los otros y prueba suerte. En el mejor de los casos haces nuevos amigos, en el peor, tal vez ligues un uppercut virtual no puedas aplicar nunca más a la frase “los amigos de mis amigos son mis amigos” en el futuro.
Los mensajes privados, son privados.
Que Facebook sea una red social no implica que toda la sociedad deba quedar atrapada en tu red de intimidades. O peor aún, las de los otros. Cosas como “Madre, recuerda que te has olvidado la crema antihemorroidal en casa” son más para un mensaje privado que para ponérselo en el muro. Lo mismo para cuestiones de índole seria, por ejemplo cuando hay información que puede resultar hiriente para una persona o que ejerce algún tipo de presión emotiva, como el recuerdo de un deudo o cosas por el estilo. En estos casos siempre es importante recordar que Facebook está abierto a todo el mundo y que un comentario ingenuo o descuidado puede perjudicar a las personas psicológica, social o profesionalmente en el futuro.
Conducta en discusiones en Facebook
Facebook es, sobre todo, un medio de expresión, y por ello muchas veces nos encontraremos con puntos de vista alternativos y se suscitarán discusiones. En estos casos muévete con cautela, pues no todos pueden expresarse correctamente al escribir, y todo humano que tiene experiencia en la web sabe que una coma o un signo de interrogación mal localizado en una conversación tensionada puede ser motivo de mala interpretación y de profundización de diferencias a un nivel irremontable. Sobre todo en un contexto y medio social donde todo se toma como sarcasmo e ironía a priori. Así que sí le vas a dar la razón al otro di: “Claro. Tienes razón” y no “Sí sí, claro claro. Tienes razón. Oh, sí que la tienes. No hay duda de ello pues que sabio eres…”
Familiares en Facebook
Aceptar o no aceptar parientes, esa es la cuestión. Que tu dulce y anciana tía Fermina se entere de lo que haces por las cosas que comentas, las reivindicaciones a las que adhieres y lo que haces por las noches con tus amigos -sobre todo gracias a fotografías etiquetadas por gente que no respeta uno de los ítems próximos- puede ser un poco incómodo, tanto para ella y su recuerdo de ti como para ti la próxima vez que te la cruces y te pregunte “¿Las Suicide Girls son tus amigas de la prepa?” No sólo en detallitos que pueden ser escandalosos para otras generaciones, sino también en cuestiones que hablas con tus amigos y que a veces terminan en contenido NSFW o revelan algo que tus parientes no saben o no quieren saber. En mi caso, sí los agrego. Mi mamá comparte unos videos de gatitos muy tiernos.
Responde los comentarios y cita fuente al compartir contenido
No nos vamos a mentir entre nosotros. A todos gusta sentirse tenidos en cuenta, mencionados y agradecidos, y una manera de cumplir con esto para darle una noche feliz a algún amigo de Facebook es responder comentarios y mensajes. Antes la gente se llamaba por teléfono y mantenía relaciones fuertes, así que 10 caracteres de vez en cuando no te van a suponer un desgaste físico considerable y puedes hacer feliz al que está del otro lado.
Lo mismo con el contenido que los usuarios publican o comparten, y cuando lo “robas” de sus muros y perfiles para compartirlo con los tuyos, una mención al primero en compartirlo en una linda convención para poner en práctica y que, como con lo anterior, le sube el ego y las ganas de seguir compartiendo al mencionado. Una buena manera de hacer la buena acción del día.
Salirse con elegancia de una conversación
Sí, muy lindos los primeros comentarios sobre cualquier elemento. Dos o tres pies y remates bien aprovechados, pero luego la conversación pierde entusiasmo y te quieres escapar pero no sabes cómo. Solución: Pon “me gusta” al último comentario y asunto resuelto. Claro que si se lo haces a alguien que lea esta guía puedes ser tomado con la intención que realmente tienes (salir de un ciclo moribundo e ir a divertirte por ahí), pero la resolución a ello ya queda en tus manos. El poner “Me gusta” también sirve para cuando es tu cumpleaños y abundan los saludos. Un me gusta a cada uno te evita dar las gracias a 200 amigos promedio y el que te saludó cree que le diste trato preferencial.¿Te gustó este? Eres todo un tramposo social; no te saludo más.
Ser claro y cauteloso al escribir (y cuidarse de la perversidad ajena)
No vamos a decir aquí que no debes aceptar caramelos de un extraño, pues no nos gusta meternos con el hambre de las personas. Eso sí, cuando estés por comentar algo en Facebook que no tenga una intencionalidad jocosa o bromista y necesitas que el mensaje sea claro para una persona en específico o al hablar de trabajo, revisa dos veces cómo lo dices, a quién y cómo. Pues en el segundo que dices algo que se puede interpretar con doble sentido, siempre aparecerá, como un héroe sin llamar, aquel que lo detecte y te haga una demostración de sus habilidades semiológicas reconstruyendo con perversión o humor el sentido de una frase originalmente inocente. Ser claro te ahorra vergüenzas, y además no todos tus contactos son tan buenos semiólogos.
Mira a quién, cómo y dónde etiquetas
En un futuro libro que algún día escribiré y cuyo título es “Cómo ser odiado en 10 pasos”, el paso más importante es el de Etiquetar gente en situaciones ridículas o con perfiles poco favorables. En mi caso soy una persona a la que la fotogenia le hace un dribbling, con túnel incluido, y sigue de largo para marcar gol y gritárselo en la cara, y si la persona etiquetada, como en mi caso, ya de por sí corre con injustas desventajas naturales, utiliza su perfil como promoción de su persona o entiende que puede ser objeto de revisión laboral, que lo etiqueten en fotografías donde está a dos pasos del ridículo puede ser motivo de chiste una vez; bronca la segunda; y homicidio en primer grado la tercera. Cuidado. Hay gente muy seria, susceptible e insegura, y tú tienes un arma de poder en tu ratón, úsala con sabiduría.
Algunas consideraciones finales
Más allá de esta pequeña guía práctica de cómo usar Facebook para no terminar muriendo socialmente, lo mejor que tiene esta red social es la amplitud de las actividades que puedes realizar desde, con o para ella, y por eso no dejes que ningún tipo de reglamentaciones te impidan sacarle provecho, siempre y cuando entiendas que tus acciones tienen consecuencias en los demás tanto como las de los otros tienen en ti. Por eso la recomendación de oro, también para las redes sociales sigue siendo: No le hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti
Esta fue una primera presentación y si las cosas salen bien podría haber otras. Por lo que te pedimos tu ayuda para conformarlas y te preguntamos ¿Qué otras cosas crees que habría que hacer y no hacer en Facebook para sobrevivir a la experiencia de utilizarlo?