Cualquiera que siga de cerca las últimas novedades en materia de smartphones comprobará dos cosas: Son cada vez más difíciles de reparar (cortesía de pegamento, pegamento… y pegamento), y las piezas de repuesto valen una fortuna. De hecho, hay algunos modelos cuya reparación es económicamente inviable, pero eso no significa que deban terminar juntando polvo en un rincón. Después de sorprender a todos con su proyector 4K DIY, Matt de DIY Perks vuelve a la carga transformando a un smartphone dañado en un ordenador portátil.
Es un evento traumático, soy el primero en reconocerlo: El dispositivo móvil cae al piso en la posición exacta, el famoso «Gorilla Glass» deja al gorila por el camino, y todo el estrés del impacto se esparce por su pantalla y vidrio trasero. Las funciones internas se mantienen intactas, pero tanto el módulo (pantalla + touch) como la carcasa necesitan un reemplazo.
Siendo realistas, no es algo que el usuario pueda hacer en casa con todos los modelos. Existen muchos tutoriales en línea, y siempre hay margen para improvisar, pero ciertos smartphones requieren herramientas especiales (ej., el iPhone y sus tornillos). Sin embargo, existe otra alternativa, menos invasiva desde todo punto de vista, y me atrevería a decir más interesante: Convertirlo en un ordenador portátil.
De smartphone a laptop DIY
No tiene nada de extraño: Las especificaciones de algunos smartphones igualan e incluso exceden a las que encontramos en muchos portátiles, y Matt de DIY Perks (quien ya nos dejó boquiabiertos con su reutilización de notebooks) sabe una cosa o dos sobre transformaciones. El smartphone en su proyecto es el Samsung Galaxy S8, modelo del año 2017 con precios escalofriantes para sus partes (200 dólares sólo por el módulo en eBay). La gran ventaja de ese smartphone se materializa a través de su hardware (octa-core, 4 GB de RAM), y el soporte de salida de vídeo vía USB-C.
En realidad, el formato «portátil» es arbitrario. Si deseas reproducir este diseño pero prefieres seguir la ruta del «All-in-One» no sólo puedes hacerlo, sino que al final será más simple, eliminando la necesidad de la estructura en aluminio (o plástico, o madera, ¡tú eliges!) para albergar al teclado y el resto de los componentes. La clave está en la controladora de la pantalla que usa como monitor. Por un lado, su interfaz USB-C habilita una conexión directa con el teléfono, y por el otro, un pequeño mecanismo de plástico le permite deslizarse para simular una función de «ON/OFF».
Un par de modificaciones extra en un powerbank y un teclado Bluetooth para tablet, y el nuevo ordenador portátil está listo para continuar, pero Matt destaca algunas limitaciones en su diseño. La primera de ellas es el uso de aluminio en la carcasa. El material es robusto y relativamente económico, pero en la práctica asesina a la señal de WiFi. Al colocar el smartphone en la parte trasera (con el mágico Sugru como aliado) no sólo evita ese inconveniente, sino que libera a la cámara principal. ¿Tienes un smartphone «en crisis» con USB-C que no puedes reparar? ¿Qué esperas?
muy bueno. alguien sabe si existe alguna técnica similar para un smatphone con micro usb?
saludos a la comunidad