Vaya uno a saber cómo escucharan nuestra música los humanos dentro de un milenio, pero probablemente lo hagan remitiéndose a las instrucciones que dejamos acerca de cómo funciona nuestro sistema de notación musical. Nuestros milenarios antecesores no nos prodigaron dichas herramientas, pero igualmente la ciencia ha podido descifrar cómo sonaba una canción hace 2.500 años.
La notación musical es un invento moderno, por lo que los historiadores y arqueólogos tienen muchísimas dificultades a la hora de recomponer aquellas melodías que escuchaban los antiguos, las civilizaciones milenarias como los egipcios y los griegos. El arduo trabajo de traer a la actualidad una canción antigua se lleva adelante con ímpetu y un esfuerzo multidisciplinario que conjuga tanto la historicidad de las melodías junto a la importancia tonal de la separación en silabas de las letras que figuran talladas en bloques de piedras. Usando estos recursos y varias técnicos, unos expertos le contaron a la BBC que lograron dar con una aproximación a cómo sonaba una canción hace 2.500 años y que ahora podemos escucharla a través de una recreación dirigida por el experto en música clásica Armand D’Angour.
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La pieza en sí está ejecutada por David Creese, de la Newcastle University y está compuesta basada en las inscripciones que se encontraron en una piedra de la grecia antigua. El instrumento musical utilizado parece ser una especie de cítara de 8 cuerdas con puentes movibles, conocida como Canon. La composición está realizada en base a los ritmos que se pueden deducir de la forma en la que está escrita la letra de la canción. Sin embargo, se descubrió un patrón musical vocal, consistente de letras y signos alfabéticos ordenados sobre las letras griegas. Los griegos trabajaron con relaciones matemáticas en los intervalos musicales; una octava es 2:1, 3:2 para una quinta, la cuarta sería 4:3 y así sucesivamente. La notación da una indicación precisa del tono relativo.
Además de tener que hacer a un lado nuestros preconceptos y probablemente afinar nuestros instrumentos en tonos totalmente extraños para nosotros, hay que comprender que en la antigua lengua griega, las voces subían de tono en ciertas sílabas y caían o se agravaban sobre las demás. En esta era los acentos indicaban el tono, no la fuerza de la misma.
Parte de la música durante este periodo utilizaba intervalos sutiles tales como cuartos de tono. Y a veces la melodía no se ajustaba a la palabra “Tono”. Curiosamente, Eurípides fue considerado un compositor avant-garde que frecuentemente violaba las tradiciones de larga data del canto popular de los griegos al descuidar la palabra “tono” y darle a las melodías su propia impronta. Así que con esto hemos podido escuchar qué es lo que los antiguos escuchaban, mientras se bañaban en leche y comían uvas en racimo mientras descansaban de costado en tinas de oro puro.