Y en otro episodio de «Hay una app con inteligencia artificial para eso», el mundo corporativo parece estar obsesionado con la idea de arrojar algoritmos en todas direcciones. Si a eso sumamos la tormenta de suscripciones que alcanza a software «y» hardware por igual, no nos sorprende ver un salto de popularidad en cosas como discos ópticos, cassettes, reproductores de MP3… y máquinas de pinball. La ciudad de Chicago se ha convertido en un vibrante polo exportador de pinballs nuevos, respaldado por décadas de experiencia, licencias de muy alto perfil… y clientes que pueden comprar estas bestias.
Lamentablemente, no puedo recordar cuándo fue la última vez que jugué en un pinball real. El Cadete Espacial siempre está a un par de clics de distancia, y el retrogaming tiene algunos ejemplares extraordinarios con Epic Pinball y Pinball Dreams/Fantasies/Illusions… pero no es lo mismo. El metal, las luces, los sonidos… no sólo juegas en una máquina, sino que la propia máquina se vuelve tu oponente.
Ahora, mucha gente piensa que el pinball es una experiencia clásica y remota en el tiempo, pero nada está más lejos de la realidad. En 2024 se fabrican pinballs nuevos, incorporan propiedad intelectual de series, películas y bandas musicales, se ensamblan a mano, y lógicamente, cuestan una fortuna.
«Pinball not dead»: Jaws, Star Wars, Stranger Things… ¿y Taylor Swift?
Christopher Borrelli del Chicago Tribune visitó recientemente a Stern, una compañía que controla el 75 por ciento del mercado de pinballs a nivel internacional. La demanda ha sido tan positiva, que Stern duplicó el número de empleados en los últimos cinco años, y debió mudar sus operaciones a una fábrica más grande. Aunque parezca mentira, la pandemia terminó ayudando a Stern: El cierre de bares y salas de arcade provocó que 7 de cada 10 pinballs sean vendidos directamente a los jugadores, y con un precio base de 7.000 dólares por unidad, esos clientes saben muy bien lo que quieren.
Entonces, ¿cuál es el atractivo de un pinball con el precio de una motocicleta? Si dejamos a un lado el ensamblaje manual, la atención al detalle, y el siempre presente factor de aleatoriedad (porque a pesar de la línea de producción, nunca hay dos pinballs iguales), la respuesta es… franquicias. Propiedad intelectual. Ghostbusters, Godzilla, Venom, Foo Fighters, Metallica, Lord of the Rings, Led Zeppelin, Stranger Things, Jurassic Park, The Simpsons, Harley-Davidson, Marvel, Star Wars, James Bond, Game of Thrones, The Walking Dead… si el público lo desea, el pinball aparece.
De hecho, Borrelli consultó sobre otras franquicias como Barbie y la mismísima Taylor Swift, y el CEO Seth Davis dijo que «absolutamente está siendo discutido». Por supuesto, las negociaciones nunca son sencillas, y en algunos casos hay que aceptar ciertos compromisos. Por ejemplo, el pinball de Jaws posee imágenes de Richard Dreyfuss y Robert Shaw, mientras que el propio Dreyfuss grabó voces adicionales, pero fue imposible sumar la imagen de Roy Scheider: El actor falleció en 2008, y su «estate» jamás dio el permiso necesario.
Definitivamente recomiendo leer el artículo original (en inglés), y visitar la página oficial de Stern. Soñar no cuesta nada…
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