El mundo se ha vuelto mucho más pequeño de lo que imaginamos. Si algún incidente es registrado con un dispositivo móvil, lo más probable es que se viralice en cuestión de minutos. Sin embargo, la prensa de antaño no tenía ese privilegio. Transmitir noticias usando teléfonos inestables era una tarea compleja, y las fotografías debían seguir la ruta tradicional, pero en los años ’30 surgió el concepto de Wirephoto. Gracias a esta nueva tecnología, la transmisión de fotografías a través de líneas telefónicas revolucionó por completo al periodismo…
Todo lo que necesita un fotógrafo en estos días para enviar sus imágenes al otro lado del mundo es una conexión a Internet básica, y un dispositivo móvil / ordenador. Pero la historia era muy diferente a principios del siglo pasado. Un sobre con fotografías enviado por correo podía tardar entre dos y cuatro días en el mejor de los casos, y perderse para siempre en el peor.
La necesidad de salir «cuanto antes» con una noticia era absoluta para los periódicos (aún lo es), pero las fotografías formaban un cuello de botella… hasta que apareció Wirephoto. Heredero del Telediagraph diseñado por Ernest A. Hummel en 1895, el sistema Wirephoto explotó a mediados de 1930, habilitando la transmisión de fotografías por vía telefónica. Su éxito dio lugar a una verdadera carrera tecnológica para reducir costos, mejorar la portabilidad de los equipos, y aumentar la velocidad del envío. ¿Te gustaría verlo en acción…?
Wirephoto: Transmisión de fotografías por teléfono en la década del ’30
El vídeo «Spot News» de 1937 nos enseña una dramatización del sistema Wirephoto, y de cómo la prensa podía obtener en minutos lo que antes tardaba días. El equipo portátil (instalado dentro de una camioneta) se acerca a un poste telefónico con el objetivo de establecer y negociar una conexión. La fotografía es procesada en la camioneta, y colocada en un cilindro para su transmisión.
Dicha transmisión se lleva a cabo una línea a la vez. La foto gira con el cilindro mientras un rayo de luz se enfoca sobre ella. La luz escanea la fotografía de arriba a abajo, pero el cilindro también se desplaza lateralmente, permitiendo que cubra toda la superficie. La luz pasa por un sistema amplificador, y golpea a una celda fotoeléctrica. La celda registra los cambios de intensidad en la luz, y esas variables son convertidas en una señal transmisible por línea telefónica.
Del otro lado, la señal es inyectada en un sistema receptor equipado con una lámpara de neón (que responde mucho más rápido a los cambios eléctricos), y desde cierto punto de vista, la luz de la lámpara expone al negativo instalado en un cilindro con las mismas dimensiones y parámetros de rotación que el original. El resto es cuestión de procesar el negativo en la forma tradicional, y preparar la imagen para su distribución general.
Para explicar el proceso en términos más relajados, el vídeo presenta una demo usando una cuerda enrollada en dos cilindros, con resultados fabulosos. Pero lo más impresionante de todo esto es su perfil analógico: No hay ninguna clase de protocolo o negociación digital aquí. Lamentablemente, el vídeo no comparte detalles sobre el proceso de sincronización de los cilindros, pero no hay dudas que el Wirephoto funcionó de maravillas durante décadas. Associated Press dedicó un artículo entero a esta tecnología celebrando sus 85 años, y no te lo puedes perder.
Muy ingenioso.