La violencia es un fenómeno cada vez más frecuente en televisión y en las películas. Diariamente somos espectadores de decenas de actos de violencia, a menudo transmitidos en directo. Los científicos se están preguntando si existe una correlación entre lo expuesto en los medios y el comportamiento humano.
Desde hace tiempo se suponía que había una cierta correlación entre la exposición a la violencia presente los medios de comunicación y el comportamiento violento. Sin embargo, hasta hoy no se habían encontrado pruebas que validaran esta teoría. Pero ahora un grupo de investigadores del centro médico de la universidad de Columbia han demostrado que el mirar programas violentos puede causar que las partes del cerebro que se encargan de reprimir las conductas agresivas sean “menos activas”.
Los estudios científicos de Columbia muestran que una zona del cerebro responsable de la represión de las conductas indebidas o injustificadas, tales como la agresión, se tornaron menos activos después de los sujetos estudiados vieron varios clips de video que mostraban actos de violencia tomados de películas populares. Estos cambios pueden hacer que las personas sean menos capaces de controlar sus propios comportamientos agresivos. De hecho, los autores encontraron que la disminución de la actividad en esta región cerebral es característica de las personas con una tendencia a comportarse agresivamente por encima de la media. Esto se midió a través de una prueba de personalidad.
Un segundo hallazgo confirmó el estudio. Después de las reiteradas exhibiciones de violencia, un área del cerebro asociada con la planificación de comportamientos se tornó más activa. Esto apoya la idea de que la exposición a la violencia disminuye la capacidad del cerebro de inhibir este tipo de comportamientos.
Ninguno de estos cambios en la actividad cerebral se produjo cuando los sujetos observaron videos que no contenían escenas de violencia. “Estos cambios en las áreas del cerebro mencionada son específicos de la exposición repetida a clips violentos”, dijo Joy Hirsch, autor principal del documento.
“La exhibición de actos violentos se han vuelto muy frecuentes en los medios de comunicación masivos”, dijo Christopher Kelly, coautor del paper. “Nuestros resultados demuestran por primera vez que los medios de comunicación, mediante representaciones de actos de violencia, pueden influir en el funcionamiento de las partes del cerebro que controlan el comportamiento y la agresividad. Esta es una conclusión importante. Investigaciones adicionales deberían examinar muy de cerca la forma en que estos cambios afectan el comportamiento de las personas. “, concluyó.