Los avances en la tecnología inalámbrica han sido notables hasta ahora, pero incluso los sistemas más avanzados e independientes aún requieren de una conexión física. Esto se repite a través de múltiples dispositivos, por lo tanto, es muy sencillo encontrarse con un verdadero caos de cables, aún si no se tiene esa intención. Con la ayuda de estas recomendaciones y una buena dosis de paciencia, podrás inclinar esta titánica batalla de voluntades a tu favor, alcanzando una organización de cables adecuada.
Conectar un dispositivo es algo relativamente fácil. Esconder todo el exceso de cables detrás de algún mueble y olvidarse de ello, también. Pero a la hora de mover un ordenador o cambiar de dirección un cable, lo que en nuestras cabezas parece algo simple puede convertirse en un infierno. Contar con una organización de cables eficiente permite dos cosas.
En primer lugar, ayuda a reducir posibles acumulaciones de calor y centros de interferencia que podrían afectar el funcionamiento correcto de un dispositivo. Y en segundo lugar, permite identificar y desmontar rápidamente a cualquier cable que necesitemos quitar o reemplazar. No sirve de nada aplicar métodos de administración de cables si nos demanda horas enteras liberar un cable específico.
Organización de cables
Más allá de lo que algunos usuarios puedan creer, la organización de cables es útil tanto dentro de la carcasa del ordenador como fuera de ella. Viejas técnicas de optimización de cableado involucraban cortar los cables IDE y agruparlos de forma tal que fueran más angostos, un concepto que en parte se aplicó en los actuales cables SATA. La forma en la que se deben atar los cables solamente requiere una pizca de cuidado. Estrangular un cable o atarlo contra algún borde de metal filoso jamás es una buena idea.
Uso de precintos
Los cables deben estar firmes en la atadura, pero no ser prisioneros de ella. Un método popular es el de los precintos plásticos. El largo y el ancho de los precintos varía según la necesidad del usuario, pero su funcionamiento es el mismo: Una vez que se cierra, el precinto no puede ser abierto a menos que se corte, o que se posea una paciencia extrema a la hora de forzar su pestaña de seguridad. Son fáciles de usar, y permiten lograr un acabado excelente.
Hilos encerados
Otro método perfectamente válido para asegurar cables es atándolos con hilo encerado. Tal vez suene un poco improvisado, pero en realidad es un método que se utiliza en trabajos profesionales de electricidad, en la naval, e incluso se han encontrado guías provenientes de documentos desclasificados de la NASA. Algunas de estas guías indican que atar los cables con hilo encerado permite que los cambios en una instalación de cables sean más fáciles de realizar, por ejemplo, a la hora de alterar la dirección de un cable y/o hacer una bifurcación.
Requiere algo de práctica asegurar los cables de la forma correcta, pero hay beneficios de costo y de modificaciones posteriores que no deben ser tomados a la ligera, sin mencionar que el hilo encerado minimiza el riesgo de estrangulamiento del cable.
Combinaciones a evitar
Otro detalle a tener en cuenta es que organizar los cables no significa juntarlos a todos y colocarlos bajo un precinto. Algunas combinaciones de cables deben ser evitadas, como por ejemplo los cables de tensión con los de audio. Uno de los objetivos de la administración de cables es reducir al mínimo posibles interferencias. La disposición de las conexiones en algunos dispositivos obliga a que el cable de tensión deba cruzarse con otros cables.
Dichos cruces deben ser lo menos frecuentes posibles, y en ángulo de noventa grados. Por otro lado, si un cable de tensión debe correr en paralelo con otro cable que transporta una señal no relacionada, debería existir una distancia prudencial entre ambos. El blindaje de los cables hace parte del trabajo, pero un poco también depende de nosotros.
¡Cuidado con los transformadores!
Otro punto importante de la administración de cables es encontrar una buena posición para los transformadores. Generan calor, son pesados, y casi imposibles de conectar en algunos toma-corrientes, por lo que son un factor muy importante que contribuye al caos de los cables. No dudes en crear pequeñas prolongaciones para que los transformadores puedan ser ubicados en posiciones más estables y ventiladas.
Cualquier exceso de cables puede ser atado con un precinto o un hilo, pero el administrar eficientemente el cable de un transformador no significa que podamos colocarlo en un cajón cerrado. Muchos usuarios de notebooks podrán confirmar que algunos transformadores poseen una elevada temperatura cuando están en funcionamiento. Algo similar sucede con los transformadores de algunos módems, routers, impresoras, e incluso los cargadores de algunos teléfonos móviles.
No al “exceso de ocultamiento”
Probablemente la mayor ventaja de la organización de cables es que nos permite ser originales. Si bien los precintos y el hilo encerado son dos métodos comunes para asegurar cables, eso no quiere decir que sean los únicos. También es viable aprovechar la forma del mueble que contiene a nuestro ordenador, televisor, o dispositivo en cuestión. Usualmente los usuarios recurren a un “exceso de ocultamiento” de cables, el cual luego se convierte en una pesadilla cuando hay que recuperar un cable o mover un dispositivo a otra parte.
Los seguros permanentes (como por ejemplo las clavijas que van sobre madera) sólo deben ser utilizadas en cables que se sabe serán permanentes, como puede ser por ejemplo una línea telefónica. En vez de utilizar una clavija para asegurar un cable, es una buena idea utilizarla como punto de atadura o de agarre para aquello que va a asegurar el cable. De esta forma sólo se debe cortar el seguro, en vez de luchar para quitar toda la clavija.
Uso de vainas térmicas
Para finalizar, quisiera mencionar dos cosas más. Una es lo que conozco personalmente como “cable canal”, estructuras de plástico que pueden ser pegadas a una pared o a la parte posterior de un mueble. Los hay de múltiples tamaños, y son especialmente útiles para instalaciones permanentes o semipermanentes. No son algo excesivamente caro, y son fáciles de instalar. Una solución más costosa son las vainas de contracción térmica.
Una vez que tienes agrupados los cables, insertas un trozo de esta vaina y aplicas calor (el fabricante especifica cuánto) para contraerla y asegurar los cables. Estas vainas térmicas son utilizadas por muchos entusiastas a la hora de organizar cables dentro de una carcasa, pero apenas se trata de una opción, y todo depende del nivel de complejidad que prefieras aplicar a tu proyecto de administración de cables.
Conclusión
No queremos parecer irónicos, pero tal vez lo más difícil de un proyecto de organización de cables, es comenzar. Es casi imposible trabajar a partir de una maraña de cables. Primero debes quitarlos a todos, luego determinar la posición de cada dispositivo, y después comenzar con el cableado. No niegues la posibilidad de utilizar un cable más corto o más largo, según la ocasión. Los cables deben adaptarse a tu necesidad, y no a la inversa.
Ahorrar cables y hacerlos más cortos (si se tiene un exceso extremo) es un buen plan, pero hay ocasiones en la que es preferible contar con veinte centímetros más de cable, y reubicar un dispositivo en una mejor posición. Puedes tomar múltiples referencias de la red, pero cada caso es único. Los muebles, los dispositivos, los lugares, y hasta los cables mismos son diferentes. Todo se inicia con un buen plan, y por supuesto, con paciencia. Hacer algo como esto a las apuradas, es por donde se lo mire, una pésima idea. Y tú, ¿tienes algún truco para organizar el caos de cables?