El implacable ciclo de actualizaciones combinado con un software cada vez más pesado y la cuestionable política de varias compañías hace que los usuarios se vean obligados a reemplazar sus dispositivos favoritos con mayor frecuencia, sin embargo, algunas modificaciones de bajo nivel y una selección de apps alternativas pueden extender la vida de nuestro hardware móvil. Esto es especialmente cierto en el mundo Android, que por suerte es bastante fértil fuera del jardín de Google. Si posees una tablet o un smartphone con una versión «vieja» de Android y quieres darle revancha, tal vez esta guía te ayude.
Cualquier usuario de Android sabe que Google actualiza periódicamente las aplicaciones de sus servicios principales. De hecho, hay ocasiones en las que Mountain View encadena múltiples updates en pocos días, provocando cierta frustración. Si bien esto debería ser interpretado como una buena noticia, existe un pequeño detalle, y es la relación de esas nuevas apps con versiones antiguas de Android. El objetivo de Google es garantizar la compatibilidad a través de varios builds mayores de su sistema operativo, pero eso no se traduce en optimización. La consecuencia es que un update oficial puede dejar de rodillas a una tablet o un smartphone con un par de años sobre los hombros. Algunos creen que Google lo hace a propósito. Otros, que no tiene opción frente a la fragmentación de Android.
Cómo optimizar tu tablet Android vieja
Muchos usuarios deciden «retirar» a esos gadgets y buscar hardware más nuevo, pero al igual que sucede con ordenadores antiguos, una selección precisa de apps y ajustes avanzados pueden cambiar la experiencia por completo en dispositivos Android. Esto resulta de particular utilidad en casos de presupuesto cero, y otras condiciones que simplemente no habilitan un upgrade. ¿Qué necesitamos?
Moderar expectativas
Es muy fácil caer en la trampa e imaginar que una optimización revolucionará el rendimiento de un dispositivo Android, pero debemos ser realistas. Incluso versiones antiguas como Jelly Bean tienen problemas si no hay RAM suficiente, o si el SoC es particularmente débil. Lo más probable es que el smartphone o la tablet pueda lidiar con todas las tareas básicas, desde la reproducción de música hasta el streaming en YouTube, sin embargo, adaptarse a los recursos que ofrece el hardware es un paso obligatorio. Si tu plan es tener media docena de apps en segundo plano, recibir notificaciones constantes de las redes sociales e instalar dos o tres juegos 3D, creo que será mejor invertir en un dispositivo más reciente y poderoso.
Acceso root
Este punto suele detener a la mayoría de los usuarios. Habilitar el acceso root es un proceso intimidante, y cuanto más genérico sea el dispositivo, menor es la documentación disponible. De todas maneras, extendemos la invitación para saltar al abismo. Lo ideal es tomar el control del software, y eso convierte al root en un aliado crítico. Si tu tablet es conocida, seguramente lograrás encontrar tutoriales compatibles con el hardware «y» la versión de Android instalada. En cambio, si la idea es hacer root en una tablet china no identificada, existen alternativas como FramaRoot, SuperOneClick, KingoRoot, Baidu Root, Towel Root, OneClickRoot, y más. Técnicamente no es necesario para todos los casos, pero sí muy recomendado.
(N. del R.: Las herramientas de root para Windows pueden generar falsos positivos. Siempre busquen sitios oficiales, o los threads en XDA.)
Lo último no siempre es lo mejor
Repito lo indicado en el primer párrafo: Una app oficial de Google sin optimizar puede aniquilar el rendimiento de un dispositivo Android, devorar su limitado espacio, o ambas cosas a la vez. Un buen ejemplo se manifiesta en Android Gingerbread (2.3.x). La recomendación de Google es actualizar tanto YouTube como Gmail, pero eso requiere la integración de Google Play Services. Algunos smartphones no tienen el espacio suficiente para recibir las tres cosas, y a veces, Google Play Services noquea al rendimiento en hardware humilde. Por lo tanto, ignorar los updates y quedarse con las viejas versiones no es algo del todo negativo… salvo que se presenten errores específicos, como el «410» de YouTube que indica que retiro definitivo del API. Ante esos inconvenientes, la alternativa es acceder vía navegador, o también…
Instalar apps y tiendas secundarias
La tienda de Google ofrece casi todo lo que podamos imaginar en apps, pero hay vida más allá de Mountain View. Hace poco hablamos sobre F-Droid, una tienda enfocada de manera exclusiva en apps open source. Allí encontré alternativas como WebTube, un wrapper de YouTube que funciona muy bien, y K-9 Mail, reemplazo para la app de Gmail. Otra cosa que vale la pena explorar de cerca son los navegadores. En lo personal tuve muy malas experiencias con Chrome en el espacio móvil, y no hubo tweaking que ayudara. Opera Mini pasó a ocupar su lugar, y más allá de la ocasional página quebrada, prefiero eso a un navegador-tortuga.
Tweaks adicionales
Finalmente llegamos a los cambios en segundo plano. Esta sección depende del acceso root, por lo que puedes evitarla si no lo has habilitado. Existen ciertos procesos que Android no autoriza de fábrica, y demandan la intervención de apps externas. La primera en mi lista es Kernel Adiutor (disponible en la tienda de Google y F-Droid), que permite ajustar parámetros como el gobernador del CPU y el planificador de entrada-salida (hay mucho para experimentar allí). Después está Titanium Backup, que genera respaldos y desinstala apps de sistema (cuidado), y Link2SD, que mueve apps a la tarjeta SD, liberando espacio interno. Titanium Backup y Link2SD pueden parecer redundantes, pero ambas tienen sus puntos fuertes. Link2SD ejerce un control más preciso de los enlaces a las apps movidas, mientras que Titanium Backup integra módulos Dalvik en la ROM (viejo truco en versiones antiguas de Android) y libera espacio.
Eso es todo por ahora. Si tienes alguna sugerencia para inyectar vida a una tablet o un smartphone con Android que el tiempo insiste en dejar atrás, no dudes en compartirla. ¡Buena suerte!
podría funcionar. todo es probar