El mundo de los relojes es un amplio abanico de posibilidades. Por un lado, hemos visto diseños retro como este reloj LED soviético de los años ’70 que fue restaurado usando partes modernas, y por el otro recordamos al Midnight Planétarium, básicamente un planetario personal para nuestras muñecas. ¿Pero qué tanto sabemos de su magia interna? ¿Cómo funciona un reloj mecánico, y cuáles son sus principales características? Bartosz Ciechanowski responde estas preguntas con una fabulosa guía interactiva sobre la construcción y el comportamiento de cada una de sus piezas.
La mayoría de los usuarios ve al reloj como una función terciaria en otros dispositivos. Smartphones, tablets, ordenadores y Smart TVs reportan la hora con precisión, y por lo general no requieren demasiada atención. Sin embargo, la historia es muy diferente cuando entramos al mundo de los relojes mecánicos.
Algunos diseños son tan complejos y avanzados que nos da un poco de vergüenza llamarlos simplemente «relojes». De hecho, son verdaderas obras de arte e ingeniería, con cientos de piezas trabajando en simultáneo, muchas veces bajo condiciones hostiles. Pero la pregunta de fondo sigue pendiente: ¿Cómo funciona un reloj mecánico exactamente? ¿Cómo se coordina esa danza casi imposible de ritmos y movimientos en un espacio tan compacto? Bartosz Ciechanowski lo explica en una extraordinaria guía interactiva.
«Cómo funciona un reloj mecánico»: Guía interactiva de piezas y movimientos
Bartosz nos advierte que el mundo de los relojes mecánicos es también un laberinto de jergas, pero su explicación general y sus demostraciones son tan amigables, que podemos escapar fácilmente. La guía comienza con energía, y con las diferencias entre un resorte tradicional y un resorte espiral de torsión, que además requiere una configuración muy específica para un reloj mecánico. Dicho resorte es almacenado en el barrilete (también barril o cubo), y para almacenar más energía en él se utiliza un árbol, diseñado de forma tal que hace girar a todo el barrilete cuando se libera.
La guía continúa con los engranajes, la importancia del número de dientes en cada uno, las dificultades a la hora de encontrar una relación apropiada, y la adopción del llamado tren de engranajes como solución. Esta cadena de engranajes y piñones le permiten al fabricante reducir el tamaño del mecanismo, y aprovechar las ruedas intermedias para controlar horas y minutos, pero todavía queda la cuestión de la velocidad: Ahí es cuando interviene la rueda de escape y el áncora de paletas, que actúan como freno. Con esta «fuga controlada» de energía, obtenemos un mecanismo básico funcional.
En lo personal me encantaría seguir, pero este texto palidece frente al factor interactivo de la guía. No sólo recibirás una explicación precisa sobre cómo funciona un reloj mecánico, sino que además podrás controlar las piezas individualmente, alterar sus condiciones y observar los efectos en tiempo real. Al mismo tiempo, la guía es muy larga, pero los relojes mecánicos no son criaturas simples, y el trabajo de Bartosz definitivamente merece tu atención.
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