La versión 10.1 de Adobe Flash se encuentra a la vuelta de la esquina para ordenadores de escritorio y portátiles. Faltan algunos detalles por resolver, pero el último Release Candidate se ve bastante sólido. Sin embargo, algo que los usuarios también quieren ver de cerca es cómo funciona Flash 10.1 en dispositivos móviles, más específicamente, aquellos con la más reciente versión de Google Android en su interior. Todavía se encuentra en fase beta, y pasará algún tiempo antes de que lo veamos en su versión final, pero estas primeras impresiones nos sirven para ir sabiendo si Flash realmente tiene un lugar dentro del universo móvil.
Flash sobre móviles es un dilema que se viene explorando desde hace mucho tiempo, pero que ganó una importancia espectacular desde el inicio de la Guerra Fría entre Adobe y Apple. Ambos frentes se envuelven en conceptos como "libertad" y "elección", cuando en realidad los usuarios sabemos (y muy bien) que ambas plataformas son tan cerradas como la mejor de las cajas fuertes. Lo que el usuario quiere a fin de cuentas es lo mejor para sí mismo. Obtener la mejor experiencia, la mayor funcionalidad y el rendimiento más alto. Apple insiste en que HTML5 puede reemplazar a Flash, pero ya ha sido comprobado a un nivel técnico que el lenguaje de hipertexto es incapaz de cubrir todas las funciones disponibles en la plataforma multimedia. Por otro lado, la mejor defensa de Adobe son los números: Aproximadamente ocho de cada diez páginas Web tiene alguna forma de contenido Flash en su interior, aunque todo lo que se dice sobre Flash en cuanto a rendimiento y seguridad ha resultado ser cierto. Por lo tanto, mientras que Apple y sus dispositivos móviles le huyen a Flash como si fuera la peste, en Adobe están convencidos de que Flash puede y tendrá un lugar de privilegio en el universo móvil. ¿La puerta de entrada? Google Android 2.2, a quien conocimos como Froyo.
El hecho de que Flash 10.1 iba a poder ejecutarse en Android era ya una novedad algo gastada. Todavía había que lanzar la versión de escritorio, con aceleración por hardware incluida, mientras que el nuevo Android parecía (y remarco el "parecía") algo remoto. Sin embargo, los tiempos cambiaron en Google. Android está ganando cada vez más popularidad, y de ninguna forma en Mountain View van a esperar a Adobe, lo que en cierta forma expone la situación actual de Flash: No es considerado crítico. Por lo tanto, aquellos intrépidos usuarios que han decidido instalar versiones de desarrollo de Froyo en sus móviles se han encontrado con una tosca versión beta de Flash 10.1. para Android. De acuerdo al blog "High Caffeine Content", en lo que se refiere a rendimiento, Flash 10.1 está en el buen camino, más allá de algún que otro tropezón en ciertos vídeos. Ahora, específicamente hablando de la interfaz, Flash necesita un rediseño con urgencia. Todas sus opciones de interfaz están hechas para ordenadores de escritorio, por lo que son incompatibles con pantallas touchscreen, y son demasiado pequeñas. La resolución de un móvil de alta gama flota en los 480 píxeles por 800. A menos que los móviles basados en Android incluyan un stylus (¡horror!), controlar un reproductor Flash con los dedos será todo un desafío.
En cuanto al consumo de batería, no fueron entregados detalles ya que se utilizó en la prueba un Nexus One, móvil que resultó tener una duración de batería bastante pobre en todo escenario. Necesitará ajustes, cambios, y probablemente cada optimización que exista sobre la faz de la Tierra, pero Flash en móviles no solo es posible, sino que es factible. La gran duda es saber cómo reaccionará Apple al respecto. En este blog hablan sobre lanzar un SDK de plugins para la versión de Safari en el iPhone OS, y dejar que los desarrolladores decidan. Otros incluso han sugerido que Adobe lance Flash para el iPhone de forma que esté disponible para dispositivos "jailbroken". En lo personal mantengo mi opinión inicial, ya que después de todo, ninguna Guerra Fría es realmente fría sin una bomba nuclear en el medio: Adobe debería declarar al plugin Flash open source. El orgullo de ambos bandos ha dejado a los usuarios en un campo de incertidumbre. El que realmente quiera ganar, deberá dejarlo a un lado.