Los franceses comenzaron a trabajar en el Canal de Panamá en 1881. 33 años después, las autoridades estadounidenses lo declararon terminado, y en 1999 quedó bajo control del gobierno local. El canal ha sido una obra envuelta en controversia y tormentas políticas, pero al mismo tiempo se la reconoce como una de las construcciones más espectaculares del mundo. Unir al Atlántico con el Pacífico en menos de 12 horas no es nada sencillo, y eso nos lleva a hacer una pregunta: ¿Cómo funciona el Canal de Panamá?
A menos que quieras «bajar» hasta el Cabo de Hornos, tu mejor apuesta para pasar del Atlántico al Pacífico (o viceversa) por vía marítima, es atravesar el Canal de Panamá. Declarado como una de las siete maravillas modernas por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, hoy el canal recibe un tráfico muy superior al que habían imaginado sus creadores en un principio, y más de 140 rutas comerciales dependen de su correcto funcionamiento.
Entonces… ¿cómo funciona? En términos relajados, lo que hicieron fue inventar un lago y un río artificial de 82 kilómetros, con esclusas operando a diferentes niveles. El Lago Gatún se encuentra a 26 metros sobre el nivel del mar, y todas las naves que deben «escalar» eso. Pasando de Atlántico a Pacífico, un hipotético barco necesita ingresar a las esclusas de Gatún o de Agua Clara, esperar las correcciones de nivel en cada caso, y cruzar el Lago Gatún. Después hay dos opciones: Ingresar a las esclusas Pedro Miguel, cruzar el Lago Miraflores y entrar en sus esclusas, o seguir por debajo hasta las esclusas Cocoli.
Otro aspecto muy importante es que el canal limita las dimensiones de las naves. No hay opciones de compatibilidad aquí: O el diseño del transporte se adapta al canal, o no pasa. Los valores máximos son de 366 por 49 metros, definidos por la especificación Neopanamax tras la apertura de las nuevas esclusas en 2016. Las razones detrás de esta expansión son estrictamente comerciales. Como era de esperarse, el canal cobra peaje, pero sus viejos límites le hicieron perder competitividad frente a alternativas como el Canal de Suez para los envíos provenientes de Asia. Otra opción es la de unir Hong Kong con Los Ángeles, y hacer el resto del camino en tren.
El impacto de las expansiones en el Canal de Panamá fue tan grande que obligó a varios puertos de la Costa Este de los Estados Unidos a invertir miles de millones de dólares en sus propias expansiones, con el objetivo de recibir a las nuevas naves. La alternativa es hacer una parada en el Caribe, y mover los bienes a naves más pequeñas. Esto no hace más que destacar la importancia del Canal de Panamá. Factores como el cambio climático y una reducción de las precipitaciones en la zona podrían alterar su funcionamiento, sacudiendo al comercio mundial en el proceso. Pero el canal no está solo. Bajo el agua también pasan cosas muy interesantes.