Lisandro Pardo
La idea de compartir música con amigos no es nueva, y no me refiero necesariamente a transferir archivos MP3 a través de la red. Hablo de crear un pequeño espacio privado en línea, preparar una lista de reproducción, y dejar que la magia suene por los altavoces. Turntable.fm ofrecía algo parecido en su momento (aunque con ciertas limitaciones), pero terminó mordiendo el polvo en 2013. Hoy, con Spotify y YouTube gobernando el universo, quien desee una experiencia similar debería hacer la prueba con JQBX… siempre y cuando posea una cuenta Spotify Premium.
Distribuir música en Internet era una tormenta de piratería y conflictos legales hasta que Spotify entró en la ecuación. Gracias a esa plataforma quedó demostrado que mucha gente prefiere «acceder» al contenido más que descargarlo, mientras otros se encargan de las ventas. En la actualidad, el mercado definitivamente favorece a Spotify, y un número cada vez más grande de proyectos se basan en su funcionamiento. Uno de esos proyectos es JQBX (compresión/corrupción de Jukebox), que desde cierto punto de vista transforma a Spotify para escuchar música de forma remota y compartirla con amigos.
Cómo escuchar música de forma remota con amigos en JQBX
JQBX se encuentra disponible en Android, iOS, MacOS y como webapp en su página oficial. Claro que, para cruzar el umbral, necesitarás una cuenta premium de Spotify, aunque sea en modo trial. Una vez que hayas ingresado y confirmado el permiso de acceso, tienes dos opciones generales. La primera de ellas es visitar una sala pública, ver qué clase de música suena allí, y votar tus canciones preferencias, generando así una especie de medición o reputación para la sala (ubicada en la parte superior derecha de la interfaz). La segunda es crear tu propio espacio (ya sea público o protegido por contraseña), invitar amigos, e incluso permitir que algunos de ellos hagan de DJ. Si hay más de un DJ en una misma sala, JQBX se encargará de rotar sus selecciones. La variedad es impresionante, y lo más probable es que descubras un par de bandas en el proceso.
Dicho eso… no puedo terminar de establecer qué tan buena idea es JQBX. Cada vez que hablo de música con la gente, la mayoría no duda en destacar el elemento personal a la hora de escucharla, o sea, cerrar la puerta, ajustar el equipo de audio o colocarse los auriculares, presionar Play y dejar al mundo entero afuera. JQBX va en la dirección contraria, y toda su apuesta depende del componente social. En otras palabras, la experiencia final en JQBX dependerá de cada uno, aunque no hay casi nada para reprochar a nivel técnico, más allá del requerimiento de Spotify Premium.
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