La cantidad de hardware disponible en el mercado actual es considerable, por lo que se puede obtener un nivel de flexibilidad muy importante a la hora de buscar una configuración adecuada. Sin embargo, la variedad de opciones suele generar cierto ruido que es muy difícil de interpretar para muchas personas, que en la mayoría de los casos termina adquiriendo algo que está muy por encima o muy por debajo de sus necesidades reales. Con un poco de información anticipada y una identificación consciente y honesta de las necesidades personales, es posible armar un ordenador eficiente en múltiples aspectos, sin tener que entregar un órgano interno como parte de pago.
Muchas veces me han preguntado cuál es la mejor parte de la informática. Hay varios aspectos que se pueden disfrutar en gran medida, pero uno de mis favoritos estrictamente personales es el armado del ordenador. No sólo hablo de tomar un destornillador y comenzar con la "cirugía", sino con algo tan sencillo como abrir un Bloc de Notas y comenzar a anotar precios y opciones. Antes, las cosas eran más fáciles porque el hardware era más sencillo. Había puntos que se podían pasar por alto sin mayores inconvenientes, pero ahora se han convertido en algo crítico e indispensable. Obviamente, esto se debe a la evolución natural del hardware. Aunque el futuro de los componentes parece ser algo rocoso (más que nada en relación con los métodos actuales de fabricación), hoy en día se puede armar un ordenador excelente con hardware proveniente de diferentes empresas, aún contemplando cierta capacidad de actualización.
Claro que, lo más difícil no es determinar qué hardware se debe escoger, sino saber con exactitud qué se va a hacer con él. Ya he visto demasiados casos en los que se pretende hacer edición de vídeo con un Sempron, o en los que se compra un sistema con cuatro núcleos para editar planillas en Excel. Estos extremos pueden evitarse fácilmente meditando durante algunos momentos cuál será el rol principal del ordenador. Podemos ir desde una simple terminal hasta el destructor de guerra más moderno, capaz de mover a cualquier juego que existe hoy en día, y entre estos dos sistemas hay una enorme cantidad de configuraciones posibles. Pero lo más importante sigue siendo la sinceridad. Un ordenador requiere de un planeamiento coherente, si no se quiere estar arrojando insultos al aire a los pocos meses porque no pueden hacer aquello que querían, o porque les queda la sensación de haber gastado una fortuna sin necesidad alguna. En este artículo trataremos de tener todo esto en cuenta, y además, también considerar la posibilidad del reciclado. Algunas partes pueden seguir usándose en ordenadores nuevos, lo que ayudará a recortar algunos billetes del presupuesto final. Dicho eso, caigamos a las profundidades…
El procesador
Si bien las opciones comerciales son varias, en estos días los procesadores se reducen a solamente dos empresas muy conocidas en la informática: Intel y AMD. Después de haber estudiado con cuidado una enorme cantidad de benchmarks, se puede llegar a la conclusión de que los procesadores fabricados por Intel son más rápidos, mientras que AMD ofrece una relación entre precio y rendimiento superior. Ambos fabricantes ya tienen opciones de seis núcleos como procesadores insignia (el i7-980X de Intel, y los Thuban de AMD), pero también hay varias alternativas por debajo de ellos. Lo más complicado de los procesadores es determinar qué tan eficiente será su uso. Existen aplicaciones especialmente optimizadas para aprovechar núcleos múltiples, como por ejemplo algunos casos de codificación de vídeo, pero si nos inclinamos a algo como los juegos, difícilmente encontremos algún ejemplar que aproveche más de tres núcleos. Por lo tanto, no hay que salir corriendo a buscar la mayor cantidad posible de núcleos. Por el lado de Intel, algo como los Core i3 (110€) han resultado ser más que adecuados para un uso general. Algunos podrán argumentar que solamente tienen dos núcleos, pero la existencia del Hyper-Threading cambia todo el panorama, a tal punto que los i3 pueden plantar pelea a cualquier solución de tres núcleos ofrecida por AMD.
Y hablando de AMD, por el mismo importe de los dos núcleos de Intel se pueden comprar cuatro a través de algún procesador en la familia Athlon. El primer ejemplo que me viene a la mente es el Athlon II X4 630 (100€), pero alguien con un presupuesto ajustado puede ahorrar 20€ y buscar una solución de tres núcleos. Repito: No hay que dejarse seducir inmediatamente por la cantidad de núcleos. Un procesador con más núcleos en su interior puede dar una mejor protección de valor a futuro, pero la idea tampoco es volverse "lento ahora" para ser "rápido mañana". Hace mucho tiempo que el software ha quedado fuera de fase en relación al hardware, y las nuevas tecnologías "Turbo" de Intel y AMD son la prueba viviente de ello. Obviamente, ninguno de los procesadores que acabo de nombrar tienen esas tecnologías, pero ofrecen un rendimiento equilibrado de todas formas, y eso es lo que estamos buscando.
Placa madre
Este es un punto aún más delicado que el del procesador. Puedo confirmar que existen placas madres muy baratas con un rendimiento sólido, pero que carecen de capacidades adicionales, como por ejemplo un buen overclocking. Aunque he practicado overclocking durante mucho tiempo, lo más importante a buscar en un motherboard es una amplia compatibilidad con procesadores futuros. AMD ha tenido una ventaja más que notable al hacer que el diseño basado en AM3 sea retrocompatible con zócalos AM2. Quienes hayan invertido unos billetes extra en la placa madre pueden encontrarse con la sorpresa de que un motherboard que tiene más de dos años sea compatible con los nuevos Thuban. Si este es su caso, deberán buscar información adicional en la página del fabricante. Consulten qué placa poseen, y vean la lista de compatibilidad de procesadores. En caso de que la idea no sea reutilizar la placa madre, no negaré que los nuevos diseños de Asus y Gigabyte son extremadamente atractivos, pero no hay que descartar a otros fabricantes. AsRock y ECS han lanzado placas muy interesantes, tanto para procesadores AMD como para procesadores Intel. Un modelo muy accesible de AsRock para AMD que me atrevería a nombrar es el M3N78D (55€), que posee soporte para toda la línea Thuban (incluyendo procesadores de 140w), capacitores sólidos, soporte para 16 GB de RAM, y por supuesto una ranura PCI Express 16x 2.0 para instalar una tarjeta de vídeo.
En cuanto a Intel, nuestra recomendación se mantiene igual: Exploren otras marcas además de Asus y Gigabyte. Podemos arrojar a MSI dentro de la ecuación, pero lo más importante es que hay que mantenerse en el zócalo LGA 1156. Es verdad que los últimos procesadores Intel utilizan el LGA 1366, pero su costo es extremo, y no hay mejor prueba de ello que el precio del i7-980X, ubicado en unos mil dólares. Las placas para procesadores Intel son un poco más costosas, pero no dudamos en recomendar a modelos como el AsRock H55M Pro (85€), con soporte para todos los procesadores LGA 1156, dos ranuras PCI Express, capacitores sólidos, un máximo de 16 GB de RAM, y soporte para el nuevo sistema de vídeo integrado en los procesadores Intel. Si alguno posee una placa con un zócalo LGA 775 puede llegar a encontrar un procesador más veloz para actualizar su sistema actual (tarea un poco díficil hoy), pero la política de Intel es dejar de dar soporte a sistemas basados en el LGA 775, en favor del nuevo LGA 1156. Por supuesto, nada te impide intentarlo.
Memoria
La recomendación es muy sencilla: Aléjense de lo genérico. Hoy en día, la diferencia en dinero no justifica correr el riesgo de un módulo defectuoso, perjudicando a toda la estabilidad del sistema. Hoy en día, las placas madre tanto para Intel como para AMD utilizan los nuevos módulos DDR3, aunque todavía existe disponibilidad para módulos DDR2. En cuanto a qué marca recomendar, una apuesta segura sigue siendo Kingston, pero no hay que ignorar a otras empresas como por ejemplo Corsair. Un detalle importante: 2 GB de RAM deberían ser el mínimo absoluto e innegociable. Existen kits Corsair XMS3 de 2 x 1 GB (70-75€), pero también es posible comprar módulos DDR 3 Kingston de 2 GB (67-75€) que funcionarán muy bien. No olvides que, en caso de instalar más de 4 GB en el ordenador, necesitarás un sistema operativo capaz de detectar y utilizar toda esa memoria. El ejemplo más evidente de esto es Windows. Se recomienda que para sistemas con 4 GB de RAM o más se instalen versiones de 64 bits, ya que las ediciones de 32 bits no pueden tomar provecho de toda la memoria instalada. He visto incidentes (literalmente hablando) muy amargos en algunas tiendas de informática debido a que los usuarios ignoran este hecho tan importante.
Disco duro y unidad óptica
¿Por qué hablar de discos duros, y no de discos de estado sólido? Porque los discos duros convencionales serán, por un gran período de tiempo, mucho más razonables en su relación precio/capacidad que los SSD. Nadie discute que los SSD son más rápidos que los discos normales. La gama más alta de discos SSD puede incluso saturar el bus SATA, algo imposible de lograr con un disco duro estándar. Pero hasta que los SSD no alcancen un parámetro de precios similar a los discos convencionales, seguirá siendo un poco difícil recomendarlos. ¿Qué podemos encontrar hoy? Cualquier opción entre 320 y 500 GB es muy buena, en marcas como Western Digital (48-58€), Hitachi (48-53€), Samsung (55€) o Seagate (60€). Por supuesto, si ya tienes un disco SATA, o incluso algún disco IDE de buena capacidad, no dudes en seguir utilizándolos. En su mayoría, las placas madre aún conservan un puerto IDE para ofrecer compatibilidad con estos discos. No tiene sentido descartar algo como un disco de 160 GB sólo porque tiene una interfaz IDE.
En lo que se refiere a unidades ópticas, sólo aquellos con una necesidad exclusiva por el Blu-ray necesitarán una unidad compatible. Hoy en día, una grabadora de DVD es extremadamente accesible, con un precio que flota entre los 20 y los 25 euros. Samsung y LG son dos marcas muy populares en este género, Sony es un poco más caro, y quienes deseen algo como Plextor deberán pagar hasta cuatro veces más.
Carcasa y fuente de alimentación
Esta es probablemente la parte con la que más se puede jugar en el presupuesto de un ordenador, porque una carcasa es, básicamente, un chasis hecho de chapa y plástico. Si no están de acuerdo, tal vez deban darle un vistazo a nuestra galería de carcasas personalizadas. Casi cualquier cosa puede convertirse en el hogar para una nueva PC, incluyendo a tu actual carcasa. Retirar los viejos componentes e instalar los nuevos es cuestión de algunos minutos, salvo algunos detalles de espacio como por ejemplo instalar una placa ATX en una carcasa microATX, pero estos inconvenientes se evitan con una simple toma de medidas. El tamaño máximo de una placa microATX es de 244 x 244 milímetros, mientras que una placa ATX se extiende a 305 x 244. Quita la cubierta y realiza la medición para determinar qué tamaño máximo de placa madre puede entrar en la carcasa. Por supuesto, puedes comprar una carcasa nueva, pero si puedes ahorrarte 40€ e invertirlos en la fuente de alimentación, deberías hacerlo.
Tal vez tu pregunta sea "¿por qué?" La respuesta, es porque la fuente de alimentación ATX dejó hace mucho tiempo de ser esa cosa genérica, llena de cables y sin importancia. Hoy es vital contar con una fuente ATX de calidad, ya que una alimentación limpia y constante siempre es algo bueno en un ordenador (estoy seguro de que el maestro Mario nos podría iluminar con muchos más detalles al respecto). Con gusto reciclaría una carcasa y trasladaría la inversión de una carcasa nueva sobre una fuente de alimentación más robusta. Marcas como Antec, Corsair, OCZ y Thermaltake han recibido el visto bueno tanto de usuarios como de "overclockistas" consumados con el paso de los años. Es comprensible que gastar 80 o 90€ en una fuente de alimentación sea una píldora muy difícil de tragar, pero créanme, en el largo plazo la inversión bien habrá valido la pena. Es más, si hicieron esta inversión un tiempo atrás y actualmente cuentan con una sólida fuente de alimentación, es muy probable que puedan reutilizarla con el nuevo sistema.
Vídeo y pantalla
Esta sección sólo se reduce a una cuestión: Jugar, o no jugar. Los sistemas de vídeo integrado han demostrado ser en estos últimos tiempos más que suficientes para una utilización promedio, como puede ser reproducción de vídeos o DVD. Una de las placas madre que mencionamos más arriba cuenta con una solución integrada debido a la capacidad del procesador Core i3, pero la opción de AMD necesita de una tarjeta de vídeo adicional. Si han llegado a la conclusión de que el vídeo integrado es suficiente, podrán encontrar alternativas con vídeo integrado para AMD tanto en AsRock como en otros fabricantes. Claro que, los juegos son una influencia poderosa, y para disfrutarlos de forma decente es necesaria una solución de vídeo adicional. Nvidia y ATI gobiernan este universo, con sus GeForce y sus Radeon respectivamente. En realidad no se necesita tener lo último de lo último para poder acceder a partidas muy ricas en lo gráfico. Por ejemplo, hemos encontrado a una Radeon HD 4670 de 512 MB o 1 GB GDDR3 (65-75€), o la HD 5670 por algunos euros más. Por el lado de Nvidia, una GeForce GT 240 de 1 GB (75-85€) se mantiene como una opción muy decente. Sobre qué chip elegir, bueno, esto es más o menos como el caso del procesador, aunque la diferencia radica más en qué chip es el preferido por ciertos juegos. Siempre habrá títulos que funcionan mejor en un chip que en el otro. El mercado de las tarjetas de vídeo es uno de los más sanos en materia de competencia. Tienes mucho para ver y escoger, por lo que la información y los benchmarks publicados en sitios especializados serán clave para determinar qué placa deberías instalar en tu ordenador.
Al hablar de pantallas, creo que en lo personal ya lo he visto todo. Desde personas que compran una pantalla LCD de 23 pulgadas y lo utilizan en 1024×768 porque "no ven nada", hasta aquellos que se niegan a comprar un LCD porque insisten que los monitores de tubo "se ven mejor". Por lo tanto, si aún tienes un "cañón" de 17 o 19 pulgadas, y te sientes conforme con él, honestamente no podemos decir "arrójalo a la basura y compra un LCD", más allá de algunas mejoras evidentes como la reducción de espacio y el consumo de energía. Ahora, si la idea es comprar un monitor LCD, no deberías bajar de 17 pulgadas. He tenido buenas experiencias con pantallas Samsung y LG, aunque no podemos descuidar a otras empresas de renombre como Phillips. Lo fundamental aquí es que trates de tener tu propia "experiencia visual" con el monitor LCD. Algo muy, muy estúpido que hacen algunas tiendas es exponer monitores LCD estando apagados. Si no lo has visto funcionar antes, reclama una demostración, y si se niegan, simplemente no compres. Otra cosa importante que debes hacer es consultar sobre la política de "píxeles muertos". Los píxeles muertos pueden aparecer como un simple capricho, y mientras hay tiendas que demandan un mínimo en la cantidad de píxeles para reemplazarlos, otras hacen el cambio directamente.
La conclusión la vamos a hacer en números estimados: 100 (CPU AMD) + 55 (AsRock) + 67 (2 Gb Kingston) + 55 (500 GB WD) + 20 (óptica) + 80 (fuente) + 70 (video) = 477€, siempre y cuando tengas pantalla y carcasa. En la configuración de Intel deberías agregar 40€ por la diferencia entre CPU y placa madre, pero en caso de que no necesites el vídeo extra, podrás descontar unos 70€ del presupuesto. Aún así, creemos que son configuraciones accesibles con un rendimiento muy apreciable en cualquier caso que se decida realizar una actualización general de plataforma. Obviamente, no podemos olvidar cosas como la pantalla (en caso de ser necesaria) y la carcasa (si decides reemplazarla o no tienes una) además de los clásicos detalles adicionales como el teclado, el ratón y los parlantes. ¿Qué lamentamos de todo esto? Que los precios no sean constantes y estables. Hay regiones del globo en las que se paga significativamente más por una pieza de hardware, y nada impide que estos precios estimados cambien la semana próxima. De todas formas, esto nos sirve para derribar el mito de que se necesita una super-máquina para obtener un rendimiento equilibrado. Los reactores nucleares son siempre demandados por aplicaciones específicas o juegos pobremente optimizados (léase Crysis). Infórmate, consulta, lee, y sobre todo, busca. Foros, benchmarks, análisis, revisiones, todo sirve. Y como dije al principio, lo mejor de todo será que fuiste tú quien decidió la configuración.