Un juego clásico nos dice que la guerra nunca cambia. Por el contrario, la guerra cambió al ser humano de formas casi imposibles de imaginar. Todo parece indicar que siempre habrá necesidad de ejércitos, desarrollos militares… soldados. Personas comunes que dejan atrás sus hogares para adoptar una vida de disciplina y dureza. Un proceso que los transforma por completo, los deshace y reensambla. El fotógrafo Yuriy Chichkov tuvo la oportunidad de retratar el antes y después de un grupo de soldados rusos que vivieron esa experiencia.
¿Qué lleva a una persona a convertirse en soldado? ¿Tradición familiar? ¿Deber y deseo de servir? ¿El desafío de su entrenamiento y sus entornos extremos? ¿La búsqueda de un beneficio específico (digamos, ciudadanía)? Por supuesto, también existen otros factores. Muchos países aún implementan un sistema de servicio obligatorio, con varias excepciones y condiciones. El destino militar de un ser humano puede volverse una simple cuestión de suerte (buena o mala, eso ya depende de cada uno), pero una cosa es segura: Los cambios son profundos, y la distancia de los seres amados golpea fuerte, un hecho que los soldados han tratado de compensar con algunos chispazos de creatividad.
Rusia posee una «obligación militar universal» que alcanza a todos los hombres entre 18 y 27 años, con un servicio de 12 meses (en 2007 bajó de 24 a 18 meses, y en 2018 se redujo a 12). La famosa frase «transformar niños en hombres» se aplica con contundencia aquí, y una forma de visualizarlo es a través del trabajo de Yuriy Chichkov. Desde Snoop Dogg hasta la revista Forbes, la lente de Chichkov presenta una amplia variedad, y hoy vamos a explorar una de sus series, «Antes y Después del Ejército». Las imágenes fueron publicadas recientemente por el portal English Russia, pero si la información disponible no me falla, la serie apareció en 2016. A simple vista podemos decir que casi todos perdieron peso y tienen una postura diferente, sin embargo, la gran pregunta es: ¿Cómo habrán cambiado sus mentes?
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