Una vieja frase dice que la batería es como un músculo: Si no se ejercita, se atrofia. Las baterías de iones de litio han demostrado un temperamento muy explosivo bajo ciertas circunstancias, sin embargo, la señal principal de que algo anda mal no es otra más que la pérdida de capacidad. Ese desgaste es un proceso inevitable en cualquier batería, pero el usuario puede hacer mucho para demorarlo, con apenas una pizca de disciplina y buenas costumbres.
Le quedan poco menos de dos meses al año 2017 y la batería de los dispositivos móviles sigue siendo un foco de frustración para millones de usuarios. En el pasado nos han prometido toda clase de superbaterías y supercapacitores, pero esas tecnologías simplemente no llegan a las estanterías. A esto debemos sumar una de las más irritantes decisiones por parte de los fabricantes, que es integrar la batería en el teléfono y no permitir al usuario su reemplazo directo. Dicho de otra manera, transforman a la batería en un punto de falla que demanda una intervención especializada, porque la idea de fondo es que uses al smartphone un año y medio (en promedio), y luego compres uno nuevo. ¿Te gustaría decepcionar al fabricante y aplicar un par de trucos que extenderán la vida útil de la batería? Si la respuesta es afirmativa, sigue leyendo.
Carga oportunista, o cómo evitar sobrecargas
Llegar al 100 por ciento de carga puede ser muy satisfactorio para el usuario, pero los expertos en la tecnología del litio coinciden en que no se trata de algo ideal para la batería en sí. Múltiples cargas al límite deterioran su capacidad final, lo que nos lleva al concepto de carga oportunista: Varias sesiones por día cada vez que sea posible, para mantener su nivel entre el 35-40 y el 85-90 por ciento. Los cargadores de emergencia son muy útiles en este punto.
No la dejes «morir de hambre»
Una situación similar a la de la sobrecarga se repite al otro extremo de la cadena. A las baterías de iones de litio no les agrada ser vaciadas por completo. En muchas ocasiones el usuario no tiene otra opción más que exprimir hasta la última gota, pero se recomienda no llegar a eso, salvo que el objetivo sea calibrar el medidor, una tarea que se debería llevar a cabo una vez cada 30 o 60 días.
El calor es tu enemigo
No hay ningún misterio aquí: Llevas un ordenador en el bolsillo, y genera calor. Todos los componentes detestan el calor, y las baterías no son la excepción. Tal vez suene un poco absurdo decir que los smartphones necesitan ser cargados en lugares ventilados y sin sus carcasas de protección… pero es técnicamente correcto. En resumen, no lo dejes cerca de la ventana donde le puede dar el sol, y no lo coloques arriba de otro dispositivo mientras se carga (módem, router, TV, etc.).
A la hora de almacenar, el número mágico es 40
Independientemente de que puedas retirarlas o no, si debes guardar baterías sueltas o smartphones por un largo tiempo, la sugerencia es hacerlo en un nivel de carga que promedie el 40 por ciento. Esto reduce su pérdida natural de capacidad, ayuda al circuito de protección, brinda el margen suficiente para una autodescarga segura, y la mantiene operacional en caso de que la necesitemos. La temperatura también es importante: Entre 15 y 40 grados Celsius, aplicable a todas las químicas disponibles.
Cargadores de calidad
Tal vez sea uno de los puntos más complicados a seguir por el simple hecho de que casi todos los cargadores son fabricados en China, y algunas imitaciones tienen una apariencia muy convincente. Aún así, he visto demasiados dispositivos fuera de combate a manos de un cargador cuestionable como para ignorar esto. No importa si es Apple, Samsung, LG, Motorola, Amazon, BlackBerry (?) o Nokia. La clave es que el cargador sea de buena calidad, y lo mismo vale para los cables, cuando usas un ordenador.
Clásicas recomendaciones que nos han acompañado durante muchos años, pero que nunca está mal revisar con cada nueva generación de productos. El rendimiento y las funciones aumentan, sin embargo, las baterías necesitan de toda nuestra ayuda. Sigue los pasos, corta el Bluetooth, apaga el GPS, baja el brillo de la pantalla, desactiva el WiFi cuando no lo usas, desinstala ciertas apps, y estarás bien.