Ya exploramos las dificultades y limitaciones a la hora de reparar archivos corruptos. La mejor forma de evitar esa situación es con una política sólida de respaldos… pero a veces, lo cierto es que necesitas un archivo corrupto. Tal vez quieres poner a prueba un programa, o te enfrentas a un deadline brutal y debes ganar un par de horas extra. El portal Corrupt a File hará el trabajo sucio por ti.
«Lo necesito para ayer». No hay cliente, profesor o jefe que no haya pensado y/o dicho esa frase. Lamentablemente, los viajes temporales están un poco fuera de nuestro alcance, o de lo contrario no tendríamos problemas en cumplir con esa petición. Cada uno de nosotros sabe lo que hace con su tiempo, sin embargo, hay ocasiones en las que el destino planea algo diferente.
Un simple corte en el servicio de energía eléctrica (grrr) puede arrojar tu agenda por la ventana, y tampoco podemos «inventar» tiempo… a menos que hagamos trampa. Ya sabes: Una interrupción en la energía presenta cierto riesgo para los ordenadores. Particiones que desaparecen, instalaciones de Windows que se niegan a arrancar, archivos corruptos…
Cómo corromper un archivo
El portal Corrupt a File tiene una única función, y es la de corromper cualquier archivo que carguemos. Imágenes, música, documentos de Word, planillas de Excel, lo que sea. Una vez terminado el proceso, Corrupt a File creará una copia imposible de abrir o ejecutar.
El resto depende de tus habilidades para convencer al receptor del archivo corrupto de que has sufrido un inconveniente provocado por el proveedor de Internet, el ordenador en general, un disco duro a punto de pedir el retiro, u otra falla técnica relevante.
Envías el archivo, «cumples» con la fecha límite, recibes un mensaje indicando que (por supuesto) no pueden abrir el archivo, respondes a las dos o tres horas, y entregas el trabajo terminado. Fácil.
De más está decirlo, el valor ético de semejante estrategia es cero, y lo recomendable es no abusar del poder que concede Corrupt a File, porque tarde o temprano nadie creerá en media docena de incidentes informáticos encadenados que retrasan tu trabajo. La idea es salir del apuro y nada más. Después de todo, los profesores no son idiotas.
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