Muchos auto estéreos y equipos hogareños de audio cayeron en desuso por la ausencia de una entrada auxiliar para conectar dispositivos externos. Sin embargo, el mercado ha respondido con algunas soluciones muy interesantes, y una de ellas es el adaptador de cassette. Un par de años atrás hablamos sobre su origen y funcionamiento, pero la historia no termina allí: Estos adaptadores también poseen versiones compatibles con Bluetooth, y nada nos impide armar uno por nuestra cuenta…
La historia nos dice que el adaptador de cassette fue inventado por Larry Schotz en 1986 para la Recoton Corporation. El adaptador se convirtió en uno de los mejores puentes tecnológicos disponibles, permitiendo a los usuarios disfrutar de nuevos formatos sin gastar una fortuna ni realizar complejas modificaciones en sus equipos.
Casi cuatro décadas más tarde, el adaptador de cassette no sólo sigue entre nosotros, sino que ha evolucionado para sumar soporte Bluetooth. Esto efectivamente elimina el enlace físico entre el dispositivo reproductor y la casetera, además de ampliar aún más la lista de plataformas compatibles que pueden enviar música a cualquier viejo auto estéreo o equipo de audio. ¿Pero cuál es el truco?
Cómo funciona el adaptador de cassette con Bluetooth
El adaptador no hace más que incorporar un receptor Bluetooth lo suficientemente miniaturizado como para encajar dentro del cassette, y lo mismo se extiende a su batería de litio. El adaptador no puede tomar energía del equipo, e incluye un puerto mini o micro USB para los ciclos de recarga. Con un promedio de 150 mAh, su autonomía está lejos de ser brillante, pero no es complicado reemplazar la celda una vez que se agote por completo.
El precio de los adaptadores «listos para usar» oscila entre los 15 y los 20 euros, un número más alto de lo que esperaba. Si ya tienes un adaptador de cassette tradicional, la ecuación se vuelve un poco más favorable con receptores Bluetooth a partir de 4 euros (conectas la salida del receptor a la entrada del adaptador, y eso es todo). Por supuesto, la fabricación de chinesium obliga a tirar los dados al momento de buscar calidad, pero la idea es no gastar una fortuna (de lo contrario, cualquiera compraría un equipo de audio nuevo o un altavoz Bluetooth).