Cuando pensamos en ver una película o una serie, todos deseamos la mejor calidad visual y un sonido espectacular… pero hay otras formas de reproducir el mismo contenido, que van completamente en contra de esos objetivos. Por ejemplo, ¿qué tal suena una película reproducida a un puñado de cuadros por hora, sobre una pantalla de tinta electrónica? Bryan Boyer exploró esta idea a finales de 2018, y hoy nos encontramos con la versión de Tom Whitwell, que recibió algunas modificaciones.
El concepto de «marco digital» no es nuevo que digamos. Por un promedio de 50 euros puedes obtener modelos que reproducen imágenes «y» vídeo, comportándose casi como una tablet. Sin embargo, nada nos impide tomar la esencia del marco digital, ingresar al territorio del DIY, y crear algo… diferente. Tal vez no sea tan práctico, pero será definitivamente especial, y bastante original si lo comparamos con lo que ofrece el mercado.
En otras palabras, el plan es crear un reproductor de vídeo que no prioriza aspectos como calidad de imagen o capacidad de almacenamiento. Todo lo contrario: Su pantalla es de tinta electrónica, con los límites de resolución y tasa de actualización que conocemos. El paso final es cargar una película en él, y dejar que se desarrolle… muy lentamente. Uno de los pioneros detrás de este proyecto fue Bryan Boyer, quien decidió reproducir «2001: A Space Odyssey» a 24 cuadros por hora… unas 8.200 horas para ver el filme completo.
Hoy nos cruzamos con la versión de Tom Whitwell, quien decidió realizar algunos ajustes. La pantalla de tinta electrónica (7.5 pulgadas, 800×480) cuesta poco menos de 55 dólares, pero ya incluye la interfaz para su conexión a un Raspberry Pi vía GPIO. De lo contrario, puedes reducir la inversión a unos 30-35 dólares si escoges una pantalla de 4.5 pulgadas. El Raspberry Pi Zero sigue siendo demasiado lento para esta tarea. En su momento, Boyer utilizó al modelo 3B, y Whitwell se inclinó en favor de un Raspberry Pi 4 de 2 GB.
El tutorial de Whitwell contiene todos los pasos para configurar al Raspberry Pi correctamente, e instalar los controladores de la pantalla. Es tan delgada, que puede ser instalada en un marco de IKEA o similar sin modificaciones, y así llegamos a uno de los detalles más interesantes del proyecto: Todas las conexiones son directas, y no hay que soldar nada. Proteger al Raspberry Pi y a la pantalla es cuestión de creatividad. ¿Qué película eligió Whitwell? Nada menos que «Psicosis», con actualizaciones cada dos minutos, saltando cuatro cuadros por vez. La famosa escena de la ducha dura un día y medio…
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