Ha pasado mucho tiempo desde que armé un ordenador. El avance de los sistemas portátiles transformó al ensamblaje de PCs en una práctica poco frecuente, defendida sólo por los más férreos entusiastas del hardware. Claro que, a principios de los ‘90, se contaba una historia muy diferente. ¿Cuál era el hardware “top” en ese entonces? Cuando veas las especificaciones, vas a estallar en carcajadas.
Es un verdadero privilegio para todos los que disfrutamos del hardware y los ordenadores en general contar con el acceso libre y gratuito a los episodios del famoso programa Computer Chronicles, emitido por la cadena PBS entre 1983 y 2002. Quien desee o necesite conocer de cerca la evolución de los ordenadores, encontrará en Computer Chronicles innumerables referencias a sistemas de todas las marcas, tipos y formatos.
En los primeros años de la informática de consumo hogareño, armar un ordenador demandaba algunos conocimientos de electrónica, pero al ingresar en la década de los ‘90, la presencia de nuevas interfaces y estándares limitó el proceso a un encastre de componentes, asegurados con un simple destornillador. Ensamblar una PC era sencillo, sin embargo, la pregunta que atormentaba al potencial usuario en aquella época, sigue siendo perfectamente válida ahora: ¿Qué debo comprar?
En este capítulo de Computer Chronicles perteneciente a la temporada de 1992, titulado “Build Your Own PC” (Construye tu propio PC), Stewart Cheifet mantiene una entrevista con Jonathan Chilvers de “Edventures”, quien describe a un procesador 386 con una frecuencia de 16 MHz como “el Volkswagen de las PCs”. Luego menciona la caída en los precios de los componentes, al punto tal que instalar un disco duro en el sistema ya no era una opción, sino una necesidad.
También califica del mismo modo a la presencia de tres unidades floppy. Así es, el hombre dijo tres: Una para discos de doble densidad (360KB), una para alta densidad (1.2 MB), y otra con formato de 3.5 pulgadas y soporte para discos de 1.44 megabytes. Si tenemos en cuenta que los discos de 5.25 pulgadas perdieron gran parte de su popularidad a mediados de los ‘90, creo que el señor Chilvers estaba demasiado entusiasmado con las unidades floppy.
La capacidad del disco duro que instaló en la carcasa era de 200 megabytes, un valor que hoy no podría contener a un disco de audio en formato FLAC, o al capítulo promedio de una serie en calidad baja. La memoria RAM (dos megabytes en total, una verdadera fortuna) usaba formato SIPP (Single In-line Pin Package), el cual fue rápidamente reemplazado por los módulos SIMM de 30 contactos, mucho más sencillos de instalar. La placa base 386 utilizada en la demostración no poseía controladores integrados, por lo tanto, Chilvers debió agregar una placa con soporte para el disco duro y las unidades floppy.
El sistema presentado por el otro invitado, Chuck Lee, es aún más interesante: Su placa base usa un procesador 386SX de 25 MHz fabricado por AMD, ofrece un zócalo para un coprocesador matemático (el ancestro de la unidad de punto flotante) y ocho ranuras SIMM, mientras que en la carcasa se puede observar un soporte destinado a convertir los discos duros en unidades portátiles, por cuestiones de seguridad. 23 años que parecen 500. Qué lejos hemos llegado.