Que la obsolescencia programada se vaya haciendo un berrinche si quiere. La frase «no es obsoleto si lo sigo usando» se aplica a la perfección en este formidable caso que nos enseña a un clásico como el ordenador Commodore 64, funcionando sin sobresaltos en un taller de Polonia. De acuerdo a la información disponible, el ordenador lleva más de 25 años en su puesto, e incluso sobrevivió a una pequeña inundación. Un veterano de mil batallas, que sin lugar a dudas nos roba una sonrisa.
Cuando alguien dice que los ordenadores de ahora «no se fabrican como antes», no sólo atraviesa un momento de nostalgia, sino que también dice la verdad. Por un lado, debemos reconocer que la informática de antaño era más «simple», y por el otro, los diseños poseían márgenes de error o redundancias mucho más amplias de las que vemos ahora. Por supuesto, todo se reduce a una cuestión de costos. Los ingenieros podrían hacer un smartphone o un ordenador casi indestructible, ¿pero quién estaría dispuesto a pagar el precio correcto? En la década de los ‘80, comprar un ordenador no era un impulso básico, y había que pensarlo muy bien. El Commodore 64 debutó en el mercado con 595 dólares en su etiqueta, casi 1.500 dólares ajustados a inflación en 2016. Quien decidiera obtener uno necesitaba recuperar su inversión exprimiendo el hardware al máximo, y un extraordinario ejemplo de ello es este Commodore 64 que continúa alineando ejes de transmisión después de un cuarto de siglo.
La gente de Commodore USA publicó la imagen el pasado 26 de septiembre, pero hoy tenemos más datos gracias al perfil Retrokomp / Loaderror en Facebook. Al parecer, uno de los miembros del grupo, el fotógrafo Bartek Gatz, se encontró con este ordenador por primera vez durante el mes de enero, en un taller de la ciudad de Gdansk. El ordenador ha sobrevivido a una pequeña «inundación», cortesía de una ventana que dejó entrar más agua de la recomendada, los «obsequios» de varias aves, y la típica grasa que podemos encontrar en un entorno así. El sistema es completamente DIY: El dueño del taller, el ingeniero Jerzy Zygmunt, explica que fue instalado en 1990, y que el software estuvo a cargo de otro ingeniero, Andrzeja Piechoty. Si quieren verlo en acción, pueden acceder a este portal (hay algunos problemas con el embed, por lo tanto, dejaré el enlace).
El ojo entrenado probablemente reconozca que se trata del modelo Commodore 64C, una versión optimizada y más económica del modelo original que fue lanzada (si la memoria no me falla) en 1987. Dos años después cayó el Muro de Berlín (aunque su demolición comenzó en 1990), al igual que la influencia soviética en el este de Europa, y eso debe haber permitido a este humilde pero robusto ordenador encontrar su lugar en un taller de Gdansk, calibrando ejes. Sin virus. Sin actualizaciones espontáneas. Funciona.