Le llegó la hora. El futuro avanza como una apisonadora y no respeta ni a los más viejos. La televisión analógica, digna representante de una etapa de nuestra historia, ha dejado de funcionar en muchos lugares. Será sustituida por la televisión digital terrestre, promesa de una nueva era y sendero por el que transitarán los nuevos contenidos audiovisuales.
Qué lejos quedan aquellos recuerdos de las primeras cadenas de televisión. Al principio de los tiempos, sólo teníamos una principal y un canal secundario que le llamábamos la UHF (la TV2 de ahora). No existían las cadenas privadas, ni las emisiones 24 horas, ni el color, ni la alta definición. Nos conformábamos con ver la primera cadena de televisión española y disfrutábamos con los programas de antaño, cuando aún no había hecho su entrada la actual basura televisiva. Las nuevas generaciones no conocen las cartas de ajuste ni la nieve de la desconexión que padecías cuando llegaban las primeras horas de la madrugada y se terminaba la programación. Sin embargo, aquellos que no estén atentos sí que van a conocer el aspecto de la desaparición de la televisión analógica. Un momento cumbre que dejará atrás toda una época de la historia española. Es hora de morir, como diría el Nexus 6 en aquel apoteósico final de la famosa obra maestra de la ciencia ficción.
Hace un mes la tasa de abandono del canal analógico se situaba en el 50 %, una cifra nada halagüeña si nos paramos a pensar en que toda esa gente que aún se resiste a cambiar se van a quedar sin emisión sin darse cuenta. Precisamente para evitar un caos nacional, el apagón analógico se ha previsto por fases progresivas, con la idea de extender la información poco a poco y tratar de solventar los problemas que surjan a partir de ahora. No podemos olvidar que si este ratio no evoluciona, la mitad de la población se va a encontrar de golpe con un pantallazo negro que les va a obligar a hacerse con un codificador de TDT ipso facto. Y lo peor no será el coste sino la desinformación. En muchos pueblos pequeños la gente apenas entiende lo que significa la televisión digital ni saben que pronto tendrán que comprar y ajustar un aparato para poder ver la “tele”. Que se lo digan a los abuelos de España.
Las zonas que van a proceder a esta primera fase del apagón son: Ceuta, Huelva, Las Palmas de Gran Canaria, Melilla, Oviedo, Santiago de Compostela, Segovia y Zaragoza. Serán 4 millones de personas las que den el salto hacia la TDT.Dentro de un año, se producirá el apagón definitivo en todas las partes de España. En principio, no se esperan grandes complicaciones en esta primera etapa de la desconexión aunque seguro que aparecerán problemas puntuales que deberán ser resueltos con la máxima prioridad si queremos que la gente crea en el nuevo sistema.
Por lo pronto, muchos repetidores digitales no funcionan al 100% de su potencia, y no lo harán hasta que no ocurra el apagón analógico total, lo que se traduce en una desconfianza por parte de aquellos que intentan decidirse a dar el salto, debido a los continuos fallos de la señal. Y esto lo puedo certificar personalmente, pues en mi propia casa se han producido pérdidas de señal de varios minutos justo en el momento más inoportuno de la retransmisión (Ley de Murphy). Yo siempre tengo listo el botón para cambiar de la TDT a la analógica, por si las moscas.
Los interesados en saber si este apagón va a afectar a su localidad pueden hacerlo a través de la página web oficial de la TDT o en el teléfono 901201004.