No son pocos los que están convencidos de que el futuro del transporte depende de los coches autónomos. Varias compañías de muy alto perfil trabajan en ello, y lentamente las autoridades están relajando sus requerimientos para permitir pruebas extendidas en las calles, pero es probable que todo eso se detenga de golpe. Las autoridades de la ciudad de Tempe en Arizona han confirmado la muerte de una mujer que fue atropellada el domingo pasado por un vehículo autónomo a cargo de Uber. Se trata del primer accidente letal que involucra a un coche con estas características, y se esperan cambios no sólo en lo tecnológico, sino también en lo político.
Todos estamos de acuerdo en que el factor humano es la principal causa de accidentes de tránsito. Desde quedarse dormido al volante hasta conducir en estado de ebriedad, los casos de muertes asociadas a un error o la negligencia general de los conductores han sido reportados por los medios hasta el cansancio. Los coches autónomos prometen eliminar dicho factor. Los ordenadores no duermen, no toman alcohol, no consumen drogas, no pelean, y no se distraen. Pero a pesar de los extraordinarios avances técnicos, el activo mundo de los coches autónomos acaba de recibir el duro recordatorio de que la tecnología aún no está lista, y una mujer debió perder la vida para comprobarlo.
En la noche del pasado domingo, Elaine Herzberg de 49 años fue atropellada por un coche autónomo de Uber en la intersección de Mill Avenue y Curry Road, en la ciudad de Tempe (Arizona). El vehículo, un SUV Volvo XC90, no llevaba pasajeros salvo por el conductor de emergencia, quien al parecer no reaccionó a tiempo para evitar el accidente. Los servicios médicos trasladaron a Herzberg a un nosocomio cercano, pero lamentablemente falleció a causa de las heridas. Un portavoz de la policía de Tempe indicó que la investigación preliminar presenta a Herzberg caminando junto a su bicicleta (no montada en ella), mientras que el Volvo se desplazaba a unos 64 kilómetros por hora al momento del impacto. El coche no disminuyó su velocidad, el conductor a bordo no se encontraba incapacitado, y no había obstáculos secundarios como mal clima o zonas en construcción.
Lógicamente, Uber anunció su completa cooperación con las autoridades para determinar las causas precisas del accidente, y suspendió todas las evaluaciones de vehículos autónomos hasta nuevo aviso. El estado de Arizona es uno de los más flexibles para los coches autónomos, después de que su gobernador Doug Ducey decidiera relajar algunas regulaciones con el objetivo de atraer a los gigantes de Silicon Valley (Waymo-Lyft-Uber), y en California todo estaba listo para autorizar pruebas sin conductor de respaldo, pero con la intervención oficial del NTSB (National Transportation Safety Board) en el accidente de Tempe, se necesitará mucha más información antes de proceder.