Un grupo de científicos provenientes de diferentes instituciones de varios países ha alertado sobre la necesidad de implementar reformas importantes en las formas de gobierno para evitar que los cambios introducidos en la ecología de nuestro planeta nos envíe a un desastre sin retorno. Publicado en la edición de Marzo de la revista Science, el texto de esta declaración contiene datos y consejos lo suficientemente interesantes como para no ser tenidos en cuenta.
Una investigación publicada en la revista Science de Marzo da cuenta que el mundo está llegando a un punto crítico en lo que a clima, biodiversidad y otros temas fundamentales se refiere. Según el informe, elaborado por científicos provenientes de diferentes instituciones de varios países, si no se aborda este problema rápidamente y a través de un nuevo marco de gestión, podrían producirse cambios irreversible en la salud de nuestro planeta. En dicho informe, titulado “Navigating the Anthropocene: Improving Earth System Governance” (“Navegando por el Antropoceno: Mejorando el sistema de gobierno de la Tierra”) puede leerse que “el análisis científico indica que la actividad humana está empujando varios subsistemas fuera del rango de variabilidad natural típico en el que han permanecido a lo largo de los últimos 500.000 años." Pero para el riesgo de que se produzca un desastre ambiental a nivel global requiere del desarrollo de "una hoja de ruta clara y ambiciosa, que incluya el cambio institucional y un gobierno sostenible durante la próxima década". Para estos científicos, el cambio en cuestión es comparable en magnitud e importancia a la reforma que siguió a la Segunda Guerra Mundial.
El grupo propone la creación de un Consejo de Desarrollo Sostenible, que podría formar parte de la estructura de las Naciones Unidas. Las naciones pertenecientes al G20 -un grupo compuesto por los 20 países cuyas economías son las más importantes del planeta- deberían ayudar para que el propuesto Consejo funcione con eficacia. También se propone una reforma al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, de manera que disponga de una mayor autoridad y mejor financiación. Para que todo esto funcione, estas instituciones deberían contar con el asesoramiento de representantes de la sociedad civil, incluidos representantes de los países en vías de desarrollo, organizaciones son gubernamentales (ONGs), consumidores y pueblos indígenas. "Debemos conseguir que participen las personas más cercanas al suelo, no sólo de las elites,” explica el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Estatal de Arizona Kenneth W. Abbott. "Las consultas no sólo debería tener lugar a escala mundial, donde se crean las políticas más importantes, sino también a escala local,” agrega. Básicamente, lo que se propone es poner en manos de quienes están en la base de la estructura social la responsabilidad del cuidado del medio ambiente. Es posible que un campesino que ve como su tierra se convierte en un desierto culpa del cambio en los regímenes de lluvias provocados por la tala de bosques tenga una opinión muy diferente a la de un político que rara vez sale de detrás de su escritorio.
Es posible que la propuesta de este grupo de científicos, que contiene muchos más puntos que los citados en este breve artículo, nunca sea implementada. Al fin y al cabo, quienes tienen en sus manos la responsabilidad de producir el cambio explicado en el informe son los mismos que deberían poner en “las personas más cercanas al suelo” decisiones que -muy posiblemente- no estén dispuestos a delegar. El tiempo dirá si esta idea es o no adecuada, y si realmente el cambio climático nos llevará inevitablemente al desastre. Como sea, no deja de ser importante que se sigan buscando alternativas al sistema de desarrollo vigente, que muy a menudo pone el dinero por delante del cuidado del medio ambiente.