Los científicos han dado un gran paso en la comprensión de los misterios relacionados con el lenguaje de los delfines. Una investigadora que estuvo tres años escuchando a los delfines que viven en la costa de la bahía de Byron ha encontrado algunos silbidos están vinculados a comportamientos específicos. También descubrió que su idioma es más complicada de lo se creía.
Liz Hawkins, del Centro de Investigación universitario Southern Cross Whale en Lismore se dedico durante tres años al estudio de los cantos de los delfines. Durante ese tiempo grabo más de 1650 “conversaciones” entre estos mamíferos.
Luego de estudiar el problema, tabuló los datos de las frecuencias iníciales y finales de cada sonido, y su duración. Encontró que existen 186 sonidos diferentes, 20 de los cuales eran comunes a mas de una frase. También agrupó los sonidos registrados en cinco grupos diferentes, separados según su tono. Cada uno de estos grupos de sonidos se encuentra relacionado con comportamientos diferentes.
Mientras conversan, los delfines utilizan casi exclusivamente silbidos de tonos constantes o crecientes. Cuando viajen en grupo, el canto de los delfines cambia. La mayoría de los silbidos que emiten consisten en tonos que se elevan y vuelven a bajar, una suerte de onda sinusoidal que Hawkins supone puede tratarse de un sistema de identificación del grupo. “Podrían estar hablando con otro grupo y decir ‘Estamos aquí… ¿Quiere unirse? ‘ ", dijo.
El descanso se asoció con silbidos "cóncavos", sonidos que se alejan del tono central y luego vuelven a él. Los silbidos de tonos bajos no se asociaron a ningún comportamiento determinado.
Los temas asociados con su comida también son comunicados con sonidos específicos. Estos sonidos “podrían ser un aviso de que se han encontrado alimentos, o podrían expresar datos sobre la clase de alimento que se halló”, sugiere Hawkins.
Hawkins observó también que el sonido que emiten los delfines cuando se encuentran lejos de las embarcaciones varían de los que pueden escucharse cuando navegan siguiendo un barco. Hawkins dice que los sonidos no son prueba de que los delfines empleen un idioma, pero se puede demostrar que se comunican de diferentes maneras dependiendo del "contexto específico de la información". "Un especialista en la lingüística no llamaría a esto un idioma", dijo.
"Son animales salvajes y, en general, los animales salvajes sólo emiten sonidos o transmiten información que es esencial para su supervivencia. En el caso de los delfines, esta comunicación es mucho más compleja que lo que generalmente se creía."
El paso siguiente será, según Hawkins, el estudio de las actividades que llevan a cabo los delfines debajo del agua. Todos los datos recogidos hasta ahora se refieren a delfines que se encontraban en la superficie, y es muy probable que sus mensajes varíen según estén sumergidos o no.