Si se consigue hacer que la vida se mantenga en Marte, el siguiente paso está cantado. Una vez instalada la flora necesaria se creará una atmósfera respirable y una temperatura soportable para el hombre. Este es el proyecto de un grupo de científicos que pretenden convertir el Planeta Rojo en otro un poquito más verde. Lamentablemente el tiempo que necesitaría la idea para llevarse a cabo no da para que lo podamos ver nosotros.
Marte se percibe muy bonito cuando lo miramos al telescopio o cuando lo observamos en las fotos de la NASA, sin embargo, la realidad del planeta rojo es bien distinta. La temperatura de la superficie ronda los 50 grados bajo cero, apenas hay agua y la que posee se mantiene congelada en los polos. Además, la gravedad se cifra en un tercio de la terrestre. Con este panorama el ser humano lo tiene complicado para establecerse allí. Sin embargo, un equipo de científicos de México y USA dice tener la solución. Especulan que la plantación de una flora específica que resista las especiales condiciones de Marte llevaría a una modificación sustancial del entorno climático del Planeta Rojo. Tanto que sería posible aumentar la temperatura hasta unos aceptables 7 grados y, sobre todo, crear una atmósfera respirable, llena de oxígeno y del resto de gases necesarios para la vida humana. Analizamos en detalle el propósito del proyecto, que se podría realizar en tres fases.
1ª Fase
La intención es aumentar la temperatura superficial del planeta, para lo cual es preciso liberar gases que generen un potente efecto invernadero que ayudarán a atrapar en la atmósfera marciana la radiación infrarroja proveniente del Sol y calentar el planeta. Como hay agua congelada en los polos y en el subsuelo, se calcula que necesitarán cerca de 100 años para que la temperatura sea lo suficientemente alta para que los inmensos cuerpos de hielo se derritan, y formen nuevamente los océanos que había hace cerca de cuatro mil millones de años.
2ª Fase
Introducir bacterias para que realicen la fotosíntesis y generar oxígeno empezando a rodar así el ciclo de la vida. Deben ser unas bacterias muy especiales capaces de soportar las duras condiciones que existen allí, pero los científicos aseguran que tenemos ejemplares de suficiente resistencia como para instalarse cómodamente en la superficie del Planeta Rojo.
3ª Fase
Una vez establecida una climatología básica, entrarían en escena las forestas terrestres, en forma de árboles y arbustos que, una vez plantados allí, conseguirían acelerar el cambio y convertir la atmósfera en respirable para los seres humanos. Quedaría como un idílico lugar de cálidos valles, llenos de bosques y extensos cuerpos de agua.
Esto precisamente es lo que intentan simular los científicos de la NASA, la UNAM y la Universidad de Lousiana, pues están usando unas instalaciones en un volcán llamado el Pico de Orizaba, en Veracruz, para realizar los experimentos. El único científico mexicano de la UNAM en este proyecto, Rafael Navarro González, explicó que en el Pico de Orizaba han encontrado un entorno similar de lo que podría adaptarse en Marte, por lo que desde hace más de dos años plantaron mil diferentes árboles a 4.500 metros de altitud, para analizar la tasa de supervivencia y qué tipo de especies podrían adaptarse a la posible atmósfera marciana. En este volcán la temperatura anual promedio es de 7 grados centígrados, la misma que esperan haya en Marte cuando se caliente, por lo que el Pico de Orizaba representa la base para luego trasladar los estudios al Planeta Rojo.
La hipótesis de los expertos es que la fijación del nitrógeno será crucial en la última etapa, ya que las plantas necesitan de este elemento para sobrevivir. A pesar de que se encuentra en el aire y en el suelo, la mayoría de ellas no puede asimilarlo por si mismas y se valen de las bacterias. Según sus teorías, el límite de altitud donde dejan de crecer los árboles marca también el hábitat de estos organismos microscópicos. Uno de los avances más importantes en 10 años de labor, ha sido lograr que sobrevivan árboles a una altura hasta ahora imposible en cualquier sitio del mundo, a 4.500 metros sobre el nivel del mar. “La gran sorpresa que nos llevamos fue la parte alta, que el grado de supervivencia pasando el invierno, fue de prácticamente el 75%”, declaró Rafael Navarro González.
A pesar de los avances, Navarro reconoció que dar vida al planeta rojo requiere de una inversión de muchos cientos de años, toda vez que no es un proceso sencillo, y para que un humano pueda vivir ahí deberán pasar al menos mil años, si se le da continuidad a este proyecto. Un cifra nada desdeñable, considerando que dentro de ese tiempo quizá ni siquiera estemos ya aquí. De todos modos, el proyecto, aunque puede tildarse de excesivamente lejano, permite estudiar en profundidad la reforestación en la propia Tierra y también ayuda a conocer mejor la vida y especular con mayor conocimiento de causa sobre el futuro de nuestra civilización.