En general, cuando se intenta estudiar y eventualmente controlar el movimiento de diferentes animales, aquellos involucrados en cada proyecto tienden a aplicar métodos invasivos. Sin embargo, un grupo de científicos del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología en Corea del Sur han desarrollado un proceso no invasivo para controlar los movimientos de una tortuga en forma remota. ¿Cómo lo lograron? Todo se reduce a bloquear parcialmente la visión de la tortuga, convenciéndola de que debe alterar su curso para evitar un obstáculo.
¿Por qué una tortuga? En primer lugar por lo fácil que es rastrear sus movimientos, y en segundo lugar por su capacidad de vivir en tierra y agua (dependiendo de la especie, por supuesto). Para el estudio, los científicos escogieron a una tortuga de orejas rojas (léase jicotea elegante o Trachemys scripta elegans). Una de las claves del estudio está en la falta de entrenamiento en la tortuga. Otros proyectos similares dependen de un entrenamiento muy intenso, pero el objetivo aquí fue obtener un comportamiento voluntario de la tortuga, a través de un mecanismo no invasivo. Este mecanismo está compuesto por una especie de medio cilindro de color negro, conectado a un pequeño motor montado en la parte superior de la tortuga. Al trazar un “recorrido” estimado en el suelo, la tortuga fue colocada al comienzo del mismo, y este es el resultado:
Lo que hace el medio círculo controlado remotamente es bloquear una parte de la visión de la tortuga. Los ojos de la tortuga interpretan que se está acercando a un obstáculo, y como reacción natural, simplemente se aleja. Esto ha llevado a los científicos a la conclusión de que se puede guiar el comportamiento animal evocando el instinto esencial para su supervivencia, algo muy diferente frente a la estimulación directa de músculos o circuitos neurales que ignoran por completo la intención del animal. El concepto podría ser extendido a otros animales, como halcones, lagartos e incluso carpas, pero será necesario desarrollar dispositivos compatibles. Una aplicación para esta tecnología que los científicos han explorado es reducir la dependencia de sondas robóticas en las profundidades del océano, aunque imagino que deberá pasar un buen tiempo antes de que una carpa pueda reemplazar a un robot con una cámara…
