Entre 2007 y 2012 se descubrieron varios ejemplares de mamuts congelados con diferentes niveles de preservación. En 2008 se habló de 10 millones de dólares como costo general para hacerlos regresar de la extinción. En 2010 se conoció más sobre las propiedades anticongelantes de su sangre, y en 2011 calcularon media década de trabajo extra para clonarlo satisfactoriamente. Ahora, la Universidad de Harvard reporta que lograron incorporar genes de un mamut lanudo al ADN de un elefante… en el laboratorio.
Una vez más, surge la noticia de que el mamut lanudo podría regresar al mundo con la ayuda de expertos en genética. ¿Por qué será que nos interesa tanto la vuelta de este gigante? Los científicos aún debaten si el factor principal detrás de su extinción fue la cacería, el efecto del cambio climático en aquel entonces, o una combinación de ambos. Los datos más sólidos colocan a la última población de mamuts conocida en la Isla de Wrangel cuatro mil años atrás, y se ha confirmado que su desaparición en ese lugar no se debió a la falta de diversidad genética. Gracias al material encontrado en la isla, un grupo de investigadores estacionados en la Universidad de Harvard ha logrado realizar ciertas modificaciones de alta precisión sobre el ADN de un elefante moderno, e insertar en él los genes de un mamut lanudo.
De acuerdo a George Church, profesor de genética en la universidad, el proceso dio prioridad especial a los genes vinculados con el pelaje, el tamaño de las orejas, la resistencia al frío y la grasa subcutánea, elementos críticos para la supervivencia del mamut. El resultado es una serie de células de elefantes completamente funcionales con ADN de un mamut lanudo en ellas, algo muy complejo sin lugar a dudas, pero los expertos contaron con ventajas específicas, como por ejemplo la relación entre el mamut y el elefante asiático. Es la primera vez en cuatro mil años que los genes del mamut regresan a la vida, sin embargo, no es correcto pensar en un «parque jurásico super-secreto» con mamuts corriendo por allí. Todo el proceso ha sido realizado en el laboratorio, lo que debería contener cualquier debate ético profundo… por ahora.
De más está decirlo, todas las flechas apuntan a la clonación del mamut lanudo, y tarde o temprano, esos debates deberán llevarse a cabo. ¿Cuáles son los beneficios asociados al regreso del mamut? ¿Tenemos el derecho de usar elefantes como «madres sustitutas»? ¿Por qué no se vuelcan estos recursos a proteger especies modernas en peligro e incrementar su diversidad? ¿Acaso es justo arruinar un ecosistema y luego clonar lo que desaparezca? Por otro lado, la oveja Dolly nunca logró escapar del todo a las lentes y los estudios. ¿Quien puede garantizar que no suceda lo mismo con un potencial clon de mamut? Cuando llegue el momento, esperamos que existan muy buenas respuestas.