Uno de los aspectos más complejos en el combate del VIH es su capacidad de integración. Los tratamientos actuales pueden reducir la presencia del virus hasta alcanzar niveles muy bajos, pero nunca se había logrado una erradicación completa… hasta ahora. Científicos de la Universidad Temple han desarrollado una técnica que permite purgar al VIH-1 de las células infectadas, un paso crítico en la búsqueda de una cura definitiva.
Usando un término sencillo, el VIH puede “escribirse” en el código genético del paciente. Y aunque es posible controlar la “cantidad” de virus presente, lo cierto es que no habrá manera de eliminarlo en su totalidad si no se hace algo para batallar con él a nivel genético. A esto también debemos sumar sus mutaciones. Tipos, subtipos y grupos hacen mucho más complicado el trabajo de los expertos, por lo que cualquier solución desarrollada está muy lejos de ser definitiva. Un grupo de científicos estacionado en la Universidad Temple decidió enfrentar el desafío de purgar al VIH-1 de células humanas infectadas, y han creado su primera prueba de concepto.
De acuerdo a la explicación de Kamel Khalili, PhD, profesor y presidente del Departamento de Neurociencia en la universidad, reducir la presencia del virus ayuda a su control, pero el paciente no está libre de consecuencias. Una replicación de bajo nivel del VIH-1 provoca condiciones asociadas a la vejez, como la miocardiopatía, desórdenes neurocognitivos, enfermedades de los huesos y complicaciones renales. La nueva técnica de eliminación implica tomar algunos trucos del libreto que usa el propio virus. Combinando nucleasas con el llamado “ARN guía”, Khalili y su equipo lograron hacer una “edición” del genoma viral (9.709 nucleótidos), eliminando por completo al VIH-1. Acto seguido, la célula activa sus mecanismos internos de reparación, estabilizando su nuevo estado saludable.
De más está decirlo, aún estamos muy lejos de que esta técnica se convierta en una cura. A pesar de que la demostración ha sido satisfactoria, no debemos olvidar que se realizó bajo condiciones de laboratorio, y tampoco podemos ignorar la posibilidad de que sea necesario desarrollar un tratamiento “a medida” de cada paciente para combatir mutaciones específicas, lo que haría a todo el procedimiento extremadamente lento y costoso. Otro problema para vigilar es que el ARN guía elimine “algo más” que el código genético del VIH, provocando que la cura sea peor que la enfermedad. Aún así, las bases han sido establecidas: El VIH puede ser eliminado a nivel genético.