Combate, espionaje, creación de mapas y… ¿reducir la contaminación? Así es: El fin de semana pasado, China realizó pruebas sobre el SYW-1, un dron específicamente preparado para dispersar el esmog en las ciudades, utilizando un catalizador químico que captura partículas nocivas y las obliga a caer.
Ya no hay forma de ocultarlo: El Gigante Rojo de Oriente está pagando las consecuencias de ser un gigantesco monstruo productivo. En la gran mayoría de las ciudades (71 sobre 74, para ser más específicos), la contaminación estuvo por arriba de los límites máximos estatales, y varios científicos ya comparan la situación con un invierno nuclear. Por un lado, la venta de purificadores de aire y otros sistemas similares se incrementó un 100 por ciento en 2013, y por el otro, el impacto económico del esmog se está haciendo sentir con inconvenientes en los vuelos, autopistas cerradas, y una merma en el turismo. La negativa de las plantas de energía basadas en carbón a usar depuradores (por una cuestión de costos), y el impresionante exceso de producción de acero que tiene el país, exponen rápidamente el perfil político del problema. En esencia, China le ha declarado la guerra a la contaminación, y entre las numerosas alternativas que están surgiendo para combatirla, encontramos al SYW-1, un dron equipado con un parapente.
La primera generación del SYW-1 puede permanecer en el aire hasta tres horas, cargando 80 kilogramos de catalizadores químicos con la capacidad de “congelar” a los componentes contaminantes del esmog, y forzarlos a caer. Se estima que la segunda versión del dron elevará su carga de químicos a 700 kilogramos, lo que le permitirá cubrir un área mucho mayor. El SYW-1 acumula más de cien horas en pruebas de vuelo, y su “bautismo” se llevará a cabo en los aeropuertos y puertos marítimos de la ciudad de Ningbo. No es la primera vez que China intenta establecer cierto control sobre el clima utilizando químicos, y definitivamente no será la última. Aunque la aplicación del dron es toda una novedad, no estoy tan convencido de que arrojar más material al aire pueda ayudar a limpiarlo. Espero estar equivocado.